La Muestra de Cine de Ascaso exige en la inauguración el fin del genocidio en Gaza
El público agota las entradas para ver Sorda y charlar con su directora, Eva Libertad, sobre una película que muestra las dificultades que debe superar una mujer sorda para ejercer la maternidad

Imagen de la jornada inaugural de la Muestra de Cine de Ascaso

«No podemos empezar este acto sin exigir el fin del genocidio al que asistimos en directo. Desde esta pequeña aldea del Pirineo aragonés, queremos que llegue a los confines del mundo: ¡basta de bombas! ¡Basta de muertes! Dejen a los pueblos vivir en sus tierras y en sus casas. En Palestina, en el mundo, en Ascaso». Con estas palabras, leídas también en árabe y en hebreo, el codirector de la Muestra de Cine de Ascaso, Miguel Cordero, se dirigió anoche a las más de 250 personas que abarrotaban la era del cine en la jornada inaugural de la 14ª edición de una iniciativa que se ha convertido en referencia cultural en Aragón y el resto del país.
«Estoy impresionada con lo que estamos viviendo aquí. La verdad es que, con el ritmo de promoción que llevamos, no sabía muy bien adónde veníamos, y lo que nos hemos encontrado en Ascaso es maravilloso», confesó Eva Libertad, directora de Sorda, durante la presentación de la película que abría el programa. En la misma línea se expresó el fotoperiodista Michael Robinson, autor de la exposición Geografía del alma cotidiana, que ocupa la calle Única. Descubrió Ascaso en un viaje familiar en 2019, y el año pasado regresó para vivir la Muestra y capturar su esencia en un reportaje que publicó The Washington Post.
«Este grupo de fotos, que recoge tres décadas de viajes por el mundo para diferentes periódicos de Estados Unidos, es la primera vez que se expone, y la sala a cielo abierto no podría ser mejor. Con estas imágenes pretendo conseguir que el espectador se meta en cada escena y sienta lo que viven sus protagonistas», explicó el doble ganador del Premio Pulitzer como previa a la visita guiada a través de la vida cotidiana y los conflictos en lugares tan diversos como Palestina, Egipto, Venezuela, Cuba, EE.UU., Rusia o Senegal.
La esencia de “la muestra de cine más pequeña del mundo”, su origen, el funcionamiento a través del voluntariado y sus necesidades presentes y futuras es lo que recoge el documental Ascaso en el mapa, de Fer Garrote y Noelia Muñoz, con el que la organización dio la bienvenida al público. «De Ascaso van a hablar quienes cada año suben hasta este rincón del Pirineo a levantar una aldea que nunca debió caer», presentó Miguel Cordero. Antes, el alcalde de Boltaña, José María Giménez, reiteró la felicitación a la Muestra y a los voluntarios que la hacen posible, y su deseo de que cumpla muchos años más.

El publico abarrotó la era de Ascaso

El publico abarrotó la era de Ascaso
La lluvia reclama su cuota de protagonismo
La noche de cine empezó en Ascaso y acabó en Boltaña. El público agotó las entradas para ver bajo el cielo del Pirineo Sorda, la película triunfadora en el Festival de Málaga y premiada en Berlín, que refleja las dificultades de una mujer sorda para ejercer la maternidad de forma plena y los conflictos, internos y en la interacción con el entorno, que debe superar. Con la proyección iniciada, la lluvia obligó a trasladar la sesión al Palacio de Congresos de Boltaña, y en el coloquio posterior la directora, Eva Libertad, la productora, Míriam Porté, y el periodista Javier Angulo, exdirector de la Seminci de Valladolid y fundador de la revista Cinemanía, dialogaron con el público.
Eva Libertad explicó cómo fue la experiencia de rodar con su hermana, la actriz Miriam Garlo. «Me dijo: “¿te das cuenta de que llevamos toda la vida preparándonos para esto?”. Ella se crio como persona oyente, y su sordera no fue diagnosticada hasta la edad adulta. Aprendió lengua de signos a los 30 años, y eso fue como descubrir el color para alguien que ha vivido en blanco y negro». En 2021 rodaron un cortometraje, también titulado Sorda, con la misma temática, «pero cuando lo acabamos me quedé con la necesidad de contar muchas más cosas», y ese fue el germen del largometraje.
«Hemos compartido muchas experiencias, y aunque yo soy una persona oyente, todo ese bagaje vital es lo que me daba legitimidad para contar esta historia». La directora puso énfasis en el hecho de que, aunque Miriam Garlo es sorda, «es una actriz que interpreta a Ángela, no es una historia biográfica», porque además, «ella insiste en que no representa al mundo de la sordera. Si acaso, es representativa de una mujer sorda, pero no podemos caer en el cliché de las historias con personajes con discapacidad o diversidad funcional: cada persona, independientemente de sus características físicas o sensoriales, es única».
Eva Libertad reivindicó la visibilización de los actores y actrices sordos, que «no pueden profesionalizarse porque, lamentablemente, no hay papeles que representen a personajes sordos». También mostró su esperanza por que Sorda ayude a visibilizar las dificultades que las personas sordas tienen para desenvolverse en una sociedad diseñada por y para las oyentes. En este sentido, destacó la importancia de la lengua de signos como herramienta inclusiva. «Si todos la aprendiéramos desde niños, romperíamos barreras de comunicación no solo con las personas sordas sino también entre las oyentes». Y el ejemplo más inmediato es Álvaro Cervantes, coprotagonista de la película (quien participó en la primera edición de la Muestra de Cine de Ascaso), un actor oyente que se preparó un año antes del rodaje para aprender a signar y ser capaz de interpretar junto a su compañera de reparto diálogos improvisados.




