El oscense Satué invita a los feligreses a seguir "con ilusión" en su despedida como obispo de Teruel
José Antonio Satué se ha despedido como obispo de Teruel-Albarracín / Nuria Garces Ramon
Huesca
El obispo oscense José Antonio Satué se despidió ayer domingo de la diócesis de Teruel y Albarracín con una eucaristía en la catedral de Teruel, en la que ha animado a toda la comunidad a seguir adelante con ilusión en los proyectos pastorales, pese a su partida.
La ceremonia marcó el cierre de sus cuatro años de ministerio en la diócesis antes de asumir el 13 de septiembre el obispado de Málaga, tras el nombramiento que el papa León XIV hizo público el pasado junio.
En su homilía, Satué reconocía el cariño recibido de los fieles y ha pedido perdón por las ocasiones en las que no ha podido acompañar más de cerca a parroquias y grupos.
Asimismo, destacaba la importancia de la humildad y la acción de gracias, mencionando iniciativas como el Plan Pastoral 2023-2028, las asambleas diocesanas, la formación de niños y jóvenes, la acción social y proyectos como Repara y el Centro de Escucha Esperanza.
Nacido en Huesca en 1968, José Antonio Satué ha desarrollado su labor principalmente en la diócesis oscense, donde ejerció como vicario parroquial y párroco en varias comunidades, además de desempeñar responsabilidades como capellán, consiliario de Acción Católica, arcipreste, director de centros de formación teológica, vicario general y vicario judicial.
Entre 2015 y su nombramiento episcopal trabajó en Roma como oficial de la Congregación para el Clero, hasta que el papa Francisco lo nombró obispo de Teruel y Albarracín en 2021, responsabilidad que compatibiliza desde 2023 con su pertenencia al Dicasterio para los Obispos.




