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"2.000€ el metro cuadrado para compra, hasta 800€ al mes por un alquiler"

Son los precios en el mercado inmobiliario de Zaragoza, que pese a seguir subiendo están más contenidos que en otras ciudades españolas, aunque con acceso limitado

Mercado inmobiliario en Zaragoza

Zaragoza

Fernando Baena, presidente de la Asociación de Agentes Inmobiliarios en Aragón, ha ofrecido un panorama del mercado de la vivienda en el comienzo del curso. Según Baena, el mercado está muy activo, tanto en compra-venta como en alquiler, aunque el acceso a la vivienda sigue siendo especialmente complicado para los jóvenes.

En Zaragoza, el precio medio de venta se sitúa en torno a los 2.000 euros por metro cuadrado, mientras que en ciudades como San Sebastián alcanza los 5.800 euros, más del doble. “Aquí todavía podemos considerarnos privilegiados en relación a otras grandes ciudades, pero los precios han subido bastante y la oferta sigue siendo limitada”, explicó Baena.

En el mercado de alquiler, Baena subrayó que el parque de viviendas es envejecido y muchas propiedades necesitan actualización. Los precios para pisos considerados “razonables” hoy oscilan entre 600 y 800 euros al mes, cifras que resultan difíciles de asumir para los jóvenes. Además, la incertidumbre generada por recientes reformas legislativas ha hecho que muchos propietarios retiren sus viviendas del mercado por miedo a no poder desalojar o proteger su inversión. Según Baena, estas dificultades afectan tanto a la compra como al alquiler, y el miedo es “libre y contagioso”, dificultando aún más el acceso a la vivienda.

Jóvenes: emancipación retrasada

Sergio Pérez, presidente del Consejo de la Juventud de Zaragoza, ha confirmado que la emancipación de los jóvenes continúa siendo un reto. Según los datos del Observatorio de Emancipación del Consejo, la edad media para independizarse se sitúa ya en torno a los 30 años, evidenciando que muchos jóvenes siguen sin poder acceder a su propia vivienda.

Pérez destacó que, aunque la hipoteca puede ser más rentable que el alquiler a largo plazo, conseguirla es complicado sin respaldo familiar y ahorros previos. “Al final, alquilar se percibe como tirar el dinero, pero la compra sigue siendo casi inalcanzable”, resumió.

El inicio del curso universitario incrementa la presión sobre el mercado, ya que miles de estudiantes buscan alojamiento en Zaragoza y otras ciudades aragonesas. Pérez alertó de que las ayudas municipales al alquiler, aunque útiles, no solucionan la situación de base, porque se conceden a quienes ya están emancipados, generando un círculo difícil de romper: “Es una especie de pescadilla que se muerde la cola”.

Colegios mayores universitarios con lista de espera

Miguel Ángel Barberán, vicerrector de Estudiantes y Empleo de la Universidad de Zaragoza, ha subrayado que la presión sobre la vivienda se refleja también en los colegios mayores. Los tres centros principales —Pedro Cerbuna en Zaragoza, Ramón Acín en Huesca y Pablo Serrano en Teruel— están completamente llenos, con listas de espera que crecen cada año.

El vicerrector explicó que las plazas se asignan según la nota media de acceso, y muchos estudiantes que no alcanzan el baremo buscan otras opciones de alojamiento. Tradicionalmente, los estudiantes permanecían solo los dos primeros cursos, pero ahora muchos extienden su estancia hasta tercer, cuarto o incluso últimos cursos, dada la dificultad para encontrar alquileres asequibles fuera del campus.

El coste mensual en el Colegio Mayor Pedro Cerbuna de Zaragoza ronda los 830 euros, incluyendo alojamiento y manutención completa, lo que garantiza una experiencia integral de vida universitaria. Barberán subrayó que, más allá de la formación académica, la universidad busca que los estudiantes vivan su etapa universitaria plenamente, como un periodo de crecimiento personal y de integración en comunidad.

En conjunto, estas tres perspectivas muestran un panorama complejo: mientras el mercado inmobiliario mantiene precios contenidos pero con acceso limitado, los jóvenes enfrentan dificultades para emanciparse y los colegios mayores de la Universidad de Zaragoza alcanzan su máxima capacidad, reflejando la presión de un inicio de curso cargado de retos.