Los centros de datos generarán una riqueza nueva para Aragón de hasta 10.800 millones en la próxima década

El presidente Azcón, en la en la presentación del estudio de la Fundación Basilio Paraíso sobre el impacto económico y social de los Centros de Datos

Aragón
La construcción de los centros de datos generará una riqueza nueva (Valor Añadido Bruto-VAB) para Aragón durante la próxima década de entre 7.900 y 10.800 millones de euros, en función de los escenarios de construcción que se hayan alcanzado, según un estudio sobre el impacto socioeconómico y social en la comunidad autónoma de estas infraestructuras elaborado por la Fundación Basilio Paraíso.
Este impulso no será lineal, sino que se concentrará de forma extraordinaria entre 2026 y 2029, un periodo que movilizará una media por encima de los 21.000 empleos directos --pico probable que puede superar los 32.000 empleos directos en el 2028-- en sectores clave como la construcción, los servicios de reparación e instalación de equipos, la ingeniería y la industria de materiales. En su año pico (2028), la inversión podría equivaler al 16,8% del PIB actual de Aragón.
El estudio, el primero que realiza una estimación de todas las inversiones tecnológicas anunciadas en los últimos meses, se basa en los datos aportados por los promotores de las inversiones y hace una proyección de los beneficios económicos fiscales y sociales en dos fases, la fase de construcción y la fase de operación.
En la presentación, realizada por el presidente de la Fundación, Jorge Villarroya y Óscar Lobera, autor del estudio y miembro del equipo de la FBP, también ha participado el presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, acompañado de la vicepresidenta del gobierno y consejera de presidencia y economía, Mar Vaquero.
Villarroya ha enmarcado este informe en el espíritu que mueve la Fundación de apoyar el desarrollo económico de la región mediante el estudio, la investigación y la prospectiva. Ha destacado que se trata de un "documento único en el que por primera vez se presenta de forma integral, una estimación de los impactos económicos, sociales y fiscales que estas inversiones tendrán sobre nuestro territorio".
"Aragón ha decidido ser un actor internacional relevante con una apuesta de dimensiones históricas", ha recalcado para recordar que las inversiones anunciadas hasta ahora podrían superar los 47.000 millones de euros, lo que supondría situar a Aragón como el tercer mayor mercado de data center en Europa y entre los principales del mundo", ha remarcado Villarroya.
El documento analiza el impacto económico directo, indirecto e inducido, aplicando la metodología Input-Output, con las tablas 2019 publicadas por el Instituto Aragonés de Fomento (IAF).
DOS FASES
La aportación a la economía aragonesa se desarrollará en dos fases diferenciadas, cuyo impacto real se ha calculado con criterios de retención de negocio por parte de las empresas aragonesas y que suponen el impacto real que se quedará en Aragón.
En la Fase de Operación --A Pleno Rendimiento-- supondrá que una vez en funcionamiento, los centros consolidarán una actividad duradera. Anualmente, y de forma estable, añadirán entre 687 y 982 millones de euros al VAB regional y crearán entre 3.150 y 4.500 empleos directos, de alta cualificación --técnicos de IT, ingenieros, especialistas en ciberseguridad--.
Por cada uno de estos empleos directos, se generará prácticamente otro puesto de trabajo adicional en la economía aragonesa, pudiendo llegar a añadir otros 4.400 empleos sostenidos en el tiempo, principalmente en servicios de mantenimiento, seguridad, energía y soporte técnico; totalizando cera de 9.000 empleos, entre directos, indirectos e inducidos.
El impacto fiscal derivado de esta actividad supondrá en los próximos diez años una recaudación total de entre 3.000 y 4.300 millones de euros para el conjunto de administraciones públicas.
Para las administraciones aragonesas, el impacto fiscal previsto asciende entre 860 y 1.200 millones de euros, dependiendo del grado de desarrollo de las inversiones previstas. La mayor parte, por tanto, repercutirá en la administración estatal, a través del IRPF y las cotizaciones sociales.
Una vez los centros operen a pleno rendimiento, generarán un flujo fiscal recurrente en Aragón de entre 255 y 372 millones de euros anuales. Este retorno se distribuye entre los diferentes niveles de la administración: entre 49 y 70 millones para los Ayuntamientos y entre 206 y 303 millones para el Gobierno de Aragón.
VALOR ESTRATÉGICO
La verdadera dimensión no reside únicamente en las cifras macroeconómicas, sino en su potencial para transformar estructuralmente la economía aragonesa.
La experiencia internacional (Virginia, Dublín) demuestra que una concentración de infraestructuras de esta magnitud puede generar un "efecto gravitacional", atrayendo a empresas de los siguientes eslabones de la cadena de valor tecnológico --IA, biotecnología, fintech, audiovisual-- que necesitan procesar datos con latencia mínima.
Esta inversión puede ser el catalizador para revertir el retroceso histórico del sector TIC regional --que ha perdido en Aragón un 40% de su cuota nacional desde 2000-- y añadir a la actual posición de Aragón como hub logístico para mercancías un nodo crítico para los datos, el activo más valioso del siglo XXI.
Además, Aragón se posiciona como un actor clave en la estrategia europea de soberanía del dato, permitiendo a empresas y administraciones operar en "nubes soberanas" sujetas a la jurisdicción y protección de la UE.
GRANDES DESAFÍOS
La implantación no está exenta de conflictos, principalmente por el uso intensivo de recursos y la afección al territorio. Las lecciones aprendidas en otros mercados maduros indican que son retos gestionables, pero exigen "anticipación y una gobernanza proactiva".
En el caso del impacto energético, la demanda podría llegar a duplicar el consumo eléctrico actual de Aragón, que ya produce casi el doble de la energía que consume y es una potencia exportadora de renovables. El verdadero cuello de botella no es la generación, sino la planificación y ejecución de las infraestructuras de transporte eléctrico, un reto que se aborda con el Gobierno central y que es crítico para la viabilidad de los proyectos.
El consumo de agua, que en el escenario más exigente podría alcanzar los 14 Hm3 anuales --un 23% del consumo de boca actual de Zaragoza--, es gestionable si se impulsa de forma decidida el uso de agua regenerada, estrategia que ya está en marcha y que es el estándar de sostenibilidad en el sector.
En cuanto al impacto social y territorial, el pico de actividad constructiva previsto entre 2026 y 2029 podría generar una presión significativa sobre el mercado laboral, con una competencia elevada por perfiles cualificados y posibles efectos al alza en los salarios que también alcanzarían a sectores estratégicos como la automoción o la agroindustria.
Por otro lado, la concentración de proyectos en el entorno de Zaragoza, con la ocupación de más de 1.100 hectáreas, plantea retos de uso de suelo agrícola y abre el debate sobre cómo equilibrar los beneficios de esta inversión, evitando que provincias como Teruel queden en una posición menos favorecida.
PROPUESTAS
Ante estos desafíos, la Fundación Basilio Paraíso propone dimensionar y gestionar la demanda laboral; elaborar un "Plan Director de Transición a la Economía del Dato"; implementar formalmente un Modelo de Gobernanza y Retorno Social; crear un fondo de inversión público con los ingresos procedentes de las inversiones en los centros de datos; y disponer de una Unidad específica de gestión.
El éxito de esta apuesta histórica dependerá de la capacidad de todos los agentes públicos y privados para colaborar en una gestión "inteligente, proactiva y estratégica que asegure que esta ola de inversión se traduzca en un legado de prosperidad y cohesión para todo Aragón", han sintetizado desde la Fundación Basilio Paraíso.




