Un verano a tres mil metros: jóvenes montañeros del Club Nabaín conquistan seis cumbres del Pirineo
El programa, desarrollado en colaboración con la asociación Juventud Pelaire, ha acercado a nuevos deportistas a las grandes alturas del Pirineo aragonés
Tresmiles Garmo Negro. Foto: CMNabain.
Boltaña.
El Club de Montaña Nabaín ha vivido un verano intenso en las alturas. A lo largo de varias semanas, jóvenes montañeros han tenido la oportunidad de iniciarse en el “tresmilismo”, el reto de ascender a cumbres que superan los tres mil metros, guiados por monitores del club y con la colaboración de la asociación Juventud Pelaire. En total, seis cumbres han formado parte de este recorrido por las montañas más emblemáticas del Pirineo aragonés, en una experiencia que ha combinado esfuerzo, formación y aventura.
El programa arrancó con el Pico Robiñera (3.003 m), al que se accedió desde la pista de Petramula. La jornada, de 13 kilómetros y 1.200 metros de desnivel, estuvo marcada por cielos despejados al inicio, la compañía de cabras en la pedrera y unas vistas espectaculares hacia La Munia, Troumouse, los Treserols, Astazus o Vignemale. Fue la primera gran cima para Gloria, una de las jóvenes integrantes, que celebró allí su bautizo montañero.
El siguiente objetivo fue el imponente Monte Perdido (3.355 m), al que se ascendió desde Sierracils pasando por el refugio de Góriz. Tras superar la “ciudad de piedra” y la exigente canal de la Escupidera, el grupo alcanzó la cima con 24 kilómetros recorridos y más de 1.400 metros de desnivel. Desde arriba, el espectáculo de Ordesa, Pineta, Escuaín y Añisclo se abrió ante los jóvenes montañeros, que celebraron con emoción el primer tres mil de Lucía y el cumpleaños de Arán.
La tercera gran salida tuvo como destino el Garmo Negro (3.064 m), con inicio en el Balneario de Panticosa bajo un cielo cubierto de nieblas. La ruta, exigente desde el primer paso, permitió coronar la cumbre y, en algunos casos, continuar la travesía por la cresta hasta los picos Algas y Argualas. Con unos 12 kilómetros y 1.500 metros de desnivel acumulado, la jornada concluyó de forma más distendida en la Casa de Piedra, compartiendo anécdotas y ya pensando en los próximos objetivos.
Con estas salidas, el Club Nabaín ha querido ofrecer a los más jóvenes la oportunidad de descubrir la montaña desde dentro, afrontar sus retos con seguridad y respeto, y vivir la experiencia de alcanzar las grandes cimas del Pirineo. Una forma de sembrar pasión por la naturaleza y la montaña que, sin duda, seguirá dando frutos en futuras ascensiones.
Crónica de Gloria Gracia Sanchón y José Luis Gracia Amigot (Club de Montaña Nabaín).
