Adolescentes, barrios, familias y trabajadores plantan cara al cierre de espacios juveniles
Este sábado se han manifestado por las calles de Zaragoza para defender el trabajo que se realiza en Casas de Juventud y PIEES
Manifestación contra el cierre de Zonas Jóvenes (20/09/25)
Zaragoza
"Ni cierres en las Casas ni recortes en los PIEES". Con este lema han salido este sábado a la calle la Federación de Barrios de Zaragoza (FABZ), la asociación de familias de la enseñanza pública (FAPAR), educadores sociales y usuarios de las Zonas Jóvenes de la capital aragonesa. Exigen el mantenimiento de este servicio público y se oponen al cierre previsto de siete de estos equipamientos públicos por parte del Ayuntamiento y centralizarlos en El Túnel de Oliver y La Azucarera.
El Ayuntamiento de Zaragoza sostiene que estos espacios jóvenes en Arrabal, Parque Goya, La Jota, Santa Isabel, Valdefierro, Casablanca y Miralbueno tienen una baja ocupación. Los convocantes argumentan que se desmantela un modelo socio - educativo y que afecta directamente no solo a los adolescentes, sino también al trabajo comunitario de los barrios. El Ayuntamiento, señalan, "toman decisiones de forma unilateral".
Arturo Sancho, presidente de la Federación de Barrios de Zaragoza, explicaba que "hicimos un llamamiento al Ayuntamiento para realizar un proceso participativo y sentar las bases, como se hizo hace 30 años, para el modelo de juventud que queremos en esta ciudad en las próximas décadas".
Sin embargo, "en todo momento, la propuesta ha caído en saco roto", apunta Sancho, y "quien nos está motivando a toda esta movilización desde la primera de las concentraciones en el mes de agosto en la Casa de Juventud de Valdefierro son los propios jóvenes, los propios usuarios".
Los usuarios no se oponen a usar o a que existan grandes centros, como El Túnel o La Azucarera, pero no cumplen las mismas funciones. Jana Mur, representante de SOS Zonas Jovénes, remarca que están "literalmente devastados, porque tampoco sabemos muy bien qué Casa va a ir detrás y tampoco se puede ir a los macrocentros para echar el rato y también es cuestión de comodidad" y, sobre todo "de cercanía, porque conocemos a varias personas con discapacidad o por otras razones no se pueden permitir ir hasta La Azucarera o ir hasta El Túnel de Oliver". De hecho, "les cuesta más el viaje que lo que van a estar".
Incertidumbre en los trabajadores
Peligran, además, entre 20 y 30 puestos de trabajo, que están subcontratados a empresas privadas. Marta Bellosta, educadora en la Zona Joven de Miralbueno, una de las que está previsto que cierre a lo largo de este otoño, apunta que "los trabajadores y trabajadoras llevamos un año con un maltrato psicológico, compañeras y compañeros que no puede ya seguir de la carga, de la presión que tenemos".
Bellosta relata emocionada que "llevamos un año esperando a que nos digan cuándo nos van a cerrar y no lo sabemos; yo no sé si me voy mañana al paro o el 20 de diciembre o cuándo". Y añade que "viven con incertidumbre y desasosiego" todo este proceso que ha comenzado el Ayuntamiento de Zaragoza.
PIEES en los institutos
Pero en esta protesta no solo exigen el mantenimiento de las Zonas Jóvenes. También demandan que se mantengan los horarios y jornadas de los PIEES, los Proyectos de Integración de Espacios Escolares, que dan apoyo al profesorado, el alumnado y las familias. Nieves Burón, secretaria técnica de de FAPAR, señala que "es un ataque del gobierno municipal a la escuela pública".
Considera que "es un valor añadido para los institutos" porque "estas personas, que son educadoras, colaboran en detectar situaciones de riesgo que pueden tener los chicos y chicas" porque "son personas de referencia, de confianza, que les acompaña en ese proceso educativo de ocio, que generan un vínculo de confianza y contribuyen a detectar situaciones conflictivas y de convivencia, ideación suicida o trastornos de alimentación".