El día después en Cuarte, Cadrete y Santa Fe

Zaragoza

Las tormentas que han azotado Zaragoza y su entorno han dejado testimonios de miedo, impotencia y cansancio entre los vecinos de Cuarte, Cadrete y Santa Fe. En apenas media hora, las calles se han convertido en ríos y el agua ha entrado en viviendas, sótanos y empresas, obligando a rescates y a una evacuación de mayores en Santa Fe.

Uno de los vecinos de Cuarte ha contado cómo lo que empezaba como una comida familiar se ha transformado en una pesadilla: “Ayer estábamos comiendo carne en familia y por la tarde ha sido el fin del mundo. Nos han tenido que sacar la Guardia Civil porque éramos incapaces de abrir la puerta y estaba todo inundado”. El agua ha alcanzado tres palmos en su vivienda: “Sabíamos que no nos íbamos a ahogar, pero no podíamos salir y teníamos el agua por las rodillas. Nuestra casa está hecha una mierda”.

El problema no ha estado solo en la cantidad de lluvia, sino en cómo ha bajado el agua desde las carreteras superiores. “El problema no han sido los cerca de 100 litros que hayan caído, sino que todas las calles desde la autovía Mudéjar y la antigua de Valencia son ríos. Mientras no hagan un desagüe en condiciones, esto se va a repetir eternamente”, ha lamentado este vecino.

La sensación de impotencia también se ha repetido en otros testimonios. Una vecina ha explicado: “Van tres o cuatro veces que pasa lo mismo. Desde que hicieron la autovía, aquí se mete todo. Hemos pasado la noche sacando barro desde las siete y media de la tarde hasta las cuatro de la mañana, y desde primera hora seguimos limpiando”. Con tristeza ha reconocido: “Llevamos 50 años aquí, lo hemos levantado una y otra vez y ahora otra vez todo lleno de barro”.

Las empresas tampoco se han librado. En los polígonos, los trabajadores han empezado la jornada retirando agua y barro de las naves. Una empleada ha descrito la escena: “Cuando hemos abierto la puerta nos hemos encontrado un auténtico barrizal. Nos han tenido que ayudar a levantarla porque había varios dedos de barro seco”. Otro vecino ha coincidido en la magnitud del problema: “Lo que nos hemos encontrado es mucho abatimiento. No vemos soluciones para que esto no se repita”.

Los testimonios han reflejado no solo el daño material, sino el desgaste emocional de quienes han visto cómo el agua arrasaba de nuevo con sus casas y negocios. En palabras de una afectada: “Es una pena, porque lo levantas y otra vez, y otra vez… Te desesperas”.