“Es una pena tener que esperar a que fallezca mi abuela para tener una casa”: la vivienda se encarece un 9% en la Ribera Alta del Ebro tras el anuncio de la fábrica de baterías

Gallur

Los precios de alquiler y venta de viviendas suben un 9 % en la Ribera Alta del Ebro tras el anuncio de la llegada de 2.000 trabajadores chinos para construir la fábrica de baterías en Figueruelas. Un informe del grupo de desarrollo local ADRAE lo confirma y añade preocupación a la ya complicada situación de los jóvenes para acceder a una vivienda en la comarca.

La media de alquiler tras el anuncio se sitúa en 652 euros, una cifra cercana a los precios de Zaragoza capital. Las ventas también se han disparado desde que se conoció la instalación de la fábrica.

“Las ventas se han duplicado en el último año, mucho antes del anuncio de la llegada de estos ciudadanos”, explica Rosa María Rubio, técnica de cooperación de ADRAE. Una situación que, según ella, se ha agravado en las últimas semanas: “En el último mes o en el último trimestre está siendo desorbitado”.

El informe también destaca la aparición de una modalidad de alquiler inédita en la zona: el alquiler por habitaciones. “Desde mi punto de vista, es algo que debería ser estudiado por profesionales”, señala Rubio.

Marta Lostao, también trabajadora de ADRAE dentro de un programa de revitalización rural, confirma esta tendencia. En Gallur, por ejemplo, se están pidiendo 300 euros por habitación, una cifra que se repite en municipios como Aragón, Alcalá de Ebro, Cabañas o Figueruelas. El 22 de agosto, la media de alquiler de un piso era de 598 euros; en septiembre, el mismo inmueble alcanzaba los 652 euros.

La oferta de alquiler en plataformas inmobiliarias es mínima: solo diez inmuebles disponibles en toda la comarca, que cuenta con 17 municipios y 28.000 habitantes. La situación en la compraventa no es mejor: hay meses en los que no se oferta ni una sola vivienda.

“Incluso los inmuebles en peores condiciones se están vendiendo. Hemos visitado varios pueblos de la zona y apenas quedan viviendas. En alquiler, nada. Y en venta, todo vendido”, explican desde ADRAE a la SER.

Esta situación está obligando a muchos jóvenes a abandonar sus pueblos. Una joven de 30 años compartió con las responsables de ADRAE la dificultad de encontrar vivienda:

“Es una pena tener que esperar a que fallezca mi abuela para poder tener una casa en mi pueblo, porque no hay viviendas disponibles”.