Radiografía de la pobreza en Aragón: empleo precario, vivienda inaccesible y migración bloqueada

Zaragoza

Una de cada seis personas en Aragón está en riesgo de pobreza, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística correspondientes a 2024. Esta situación afecta a quienes tienen dificultades para acceder a bienes y servicios básicos como vivienda, alimentación, educación o salud. El origen, en muchos casos, está en la precariedad laboral.

Desde Comisiones Obreras, advierten que el 15% de los asalariados en la comunidad sufre pobreza salarial, incluso teniendo empleo. Se trata de trabajos temporales, a tiempo parcial y con condiciones inestables que no permiten cubrir las necesidades mínimas. La pobreza energética se suma a este escenario. Con la llegada del frío y tras un verano con 33 días de temperaturas extremas en Zaragoza, muchas familias se enfrentan a la imposibilidad de mantener sus hogares climatizados.

El aumento de personas sin hogar también es alarmante. Cruz Roja, estima que a final de año se duplicarán las cifras del año anterior. Hasta mayo, ya se habían atendido a 363 personas en situación de calle, algunas de ellas con empleo. En barrios como La Almozara, los vecinos han detectado un incremento de campamentos improvisados.

Carlos Gómez Bahillos, director de Cáritas Zaragoza, señala que el perfil de la pobreza ha cambiado. Ya no se trata solo de personas en situación extrema, sino también de quienes tienen trabajo pero no logran cubrir sus necesidades básicas. La vivienda absorbe gran parte de los ingresos familiares, y los problemas de alimentación y asistencia se han vuelto crónicos. Denuncia que la administración pública está favoreciendo indirectamente la economía sumergida al impedir que personas migrantes cualificadas se integren en el mercado laboral formal. A pesar de que hay puestos sin cubrir en Aragón, muchos profesionales de Latinoamérica no pueden acceder a ellos por trabas administrativas.

El ingreso mínimo vital tampoco está funcionando como debería. La burocracia, la digitalización del proceso y la falta de recursos impiden que esta ayuda llegue a quienes más la necesitan. Cáritas ha convocado una jornada de reflexión el 23 de octubre en la Fundación San Valero para debatir sobre las rentas mínimas y buscar soluciones junto a otras entidades sociales.

En cuanto a los mayores, aunque las pensiones mínimas han subido, el aumento del coste de la vida y la necesidad de ayudar a sus hijos está empobreciendo a muchos. Personas que antes podían vivir con su pensión ahora no llegan a fin de mes

La Fundación La Caridad se ha convertido en un refugio para personas migrantes que llegan a Aragón en busca de una vida mejor. Yurbis, recién llegada de Venezuela con su hija, ha recibido apoyo de la Cruz Roja y de la fundación, lo que ha permitido que la su hija estudie en el colegio Cantín y Gamboa. Aunque el proceso de adaptación reconoce que es difícil, lo afrontan con optimismo. Junto a ella, otros testimonios como el de Bilal, migrante venezolano de ascendencia siria, y Omar, cubano que llegó con su familia mediante una visa legal. Ambos relatan las dificultades para encontrar trabajo, homologar títulos, abrir cuentas bancarias y alquilar vivienda. Coinciden en que el proceso de empadronamiento es complejo y que el gobierno debería ofrecer un seguimiento inicial a los inmigrantes para facilitar su integración.