Comienzan las obras en San Miguel: "Esto es una rotonda, no una plaza"
Los vecinos y comerciantes tienen ideas distintas de cómo quedará la plaza. Por delante, seis meses de obras
Zaragoza
Primer día de obras en la plaza de San Miguel de Zaragoza. Por delante, seis meses de trabajos para transformar este céntrico y transitado espacio en un lugar, según el Ayuntamiento, más verde y accesible. Algunos vecinos y comerciantes aplauden el cambio; otros, en cambio, se muestran molestos por la supuesta falta de información sobre el proyecto.
A primera hora de la mañana se cortó el tráfico en la plaza y una docena de operarios comenzó a preparar el terreno para la obra principal. Las máquinas fueron llegando y, poco a poco, se desmontaron elementos del mobiliario urbano, como las cristaleras de las marquesinas.
Los vecinos del entorno están expectantes. Algunos, ilusionados; otros, más preocupados. “Me preocupa, pero si hay que hacerlo, se hace. Siempre que lo hagan bien”, explicaba Rafaela, propietaria de la tienda que lleva su nombre. Otra mujer, que pasaba junto a los topógrafos, comentaba: “La veía bien y no sabía que esto iba a pasar ahora”.
Opiniones encontradas entre los comercios
Una gran lona cuelga de uno de los balcones con un mensaje dirigido a la alcaldesa Natalia Chueca, en el que se pide que la plaza se convierta en un espacio verde, sin toldos, y que se recupere una fuente que estuvo allí hace dos siglos. Justo debajo, se encuentra el bar El Caballo Blanco. Su propietaria, Ana Cristina, celebra la reforma, que considera necesaria: “Esto es una rotonda, no una plaza. Cuando terminen las obras, será una plaza de verdad”.
Como aspecto negativo, critica la ayuda de 400 euros anunciada por el Ayuntamiento para los negocios afectados. La considera insuficiente: “Son muchos meses, va a haber mucho ruido porque es una gran obra. No es lo mismo que me den a mí ese dinero que a una tienda con un solo empleado”, añade.
Carmen, de Arte Roma Enmarcadores, no confía en el proyecto. Asegura que no conocen el diseño final y que el que han podido ver no contempla una plaza verde. “El proyecto inicial no es una plaza verde. No van a venir clientes en julio. Nadie pasa por la plaza Salamero en julio”, afirma. También denuncia falta de información y asegura que no saben cómo acabará todo.
De momento, la vida sigue en la plaza, aunque sin coches ni el paso constante de autobuses.




