Fijación de precios en supermercados: ¿Qué está pasando en la trastienda?

FITstore analiza la fijación de precios en supermercados y lo que ocurre detrás de los lineales. Durante los últimos días, la marca ha acumulado más de 300 comentarios en sus redes sociales debido a la confusión que generan las recomendaciones de precios de algunos fabricantes, lo que ha despertado dudas entre distribuidores y consumidores.

Luis, de FITstore, explica que la saga de publicaciones en redes tiene cuatro episodios: Detectamos, Haters, Qué pasa y Respuesta de Alcampo. Según señala, muchas de estas publicaciones surgen por la falta de confianza generalizada: “Parece que en redes siempre hay que justificarse”, afirma.

En España, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha dejado claro que los fabricantes no pueden imponer precios a los distribuidores. Un caso paradigmático fue el de El Pozo Alimentación, sancionada por obligar a supermercados a vender sus productos a un precio fijo de 4,95 €, cortando el suministro a quienes no lo respetaban. La CNMC calificó esta práctica como una fijación vertical de precios, considerada ilegal según la Ley de Defensa de la Competencia y el artículo 101 del Tratado de Funcionamiento de la UE.

Luis aclara que el distribuidor siempre debe tener libertad para fijar el precio final. Aunque un fabricante pueda recomendar un precio de venta, imponerlo o presionar para que se cumpla se considera ilegal. Incluso sin contratos firmados, el control o la presión sobre los descuentos entra en un terreno que la ley prohíbe.

Algunos podrían pensar que estas estrategias buscan frenar la inflación, pero según Luis, se trata de pura estrategia comercial. “La inflación alimentaria sigue siendo protagonista: los precios de los alimentos han subido un 38,5% en cinco años, 16 puntos más que la inflación general”, explica.

En FITstore han comprobado directamente la situación visitando supermercados para comparar precios, constatando que la variación entre lineales y formatos, como packs ahorro o productos económicos, es cada vez más frecuente. Este descontrol genera desconfianza entre los consumidores, que no entienden por qué los precios cambian tanto entre tiendas o incluso dentro del mismo establecimiento.

La recomendación es que los distribuidores mantengan autonomía sobre los precios y que los consumidores estén atentos a estas estrategias de fijación de precios.

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