“López y Françoise”: humor y reflexión en el Teatro del Mercado con IA, Idiotez Artificial

Zaragoza

El Teatro del Mercado acoge el estreno de López y Françoise, una comedia interpretada por David Ardid y Jean Pierre Bailly, bajo la dirección de Alfonso Pablo. La obra invita al público a reírse de sí mismo y a reflexionar sobre el papel de la inteligencia artificial en nuestra vida cotidiana. Con ironía y ternura, los actores han dado vida a López y François, dos músicos callejeros que, en plena frontera entre Francia y España, deciden convertirse en tiktokers para hacerse ricos y enseñar a las nuevas generaciones las grandezas y miserias de la era digital.

Los intérpretes han contado en Hoy por hoy Zaragoza que han escrito la obra a cuatro manos y que su punto de partida ha sido el encuentro entre dos personajes muy distintos: un francés algo peculiar y un español pícaro y buscavidas. Esa mezcla ha generado una complicidad escénica que ha servido de motor cómico a la trama.

Durante su visita a la radio, Ardid y Bailly han explicado que su comedia va más allá de la parodia de las redes sociales. Aunque el humor es constante, López y Françoise también ha ofrecido una mirada crítica al mundo hiperconectado en el que vivimos. Ambos actores han señalado que los móviles y los algoritmos dominan nuestras rutinas, y que en la obra los teléfonos están presentes durante toda la función, como reflejo fiel del día a día contemporáneo.

El director, Alfonso Pablo, ha destacado que, a pesar de la ligereza del tono, el montaje contiene una reflexión profunda sobre el presente. Según ha comentado, el espectáculo ha querido mostrar cómo la tecnología puede ser fascinante, pero también cómo la verdadera imprevisibilidad —la que no se puede modelizar— sigue perteneciendo al ser humano. “La inteligencia artificial es asombrosa, pero la idiotez es imprevisible”, ha afirmado Ardid, citando una de las frases clave del texto.

Finalmente, los protagonistas han recordado que López y Françoise no pretende demonizar la tecnología, sino reivindicar el valor del error, del absurdo y de lo imprevisible, esas cualidades que ninguna máquina puede imitar. Como dijo uno de los entrevistados, “la idiotez es profundamente humana, y por eso es tan divertida”.

La obra se representado desde el miércoles hasta el domingo en el Teatro del Mercado, con funciones a las ocho de la tarde —excepto el domingo, que comienza a las siete—, y ha dejado en el aire una idea que ha resonado entre los asistentes: lo importante no es lo que va a pasar con la inteligencia artificial, sino lo que los humanos vamos a hacer con ella.