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Sociedad

Cómo convertir la ausencia en presencia

En su nuevo libro, la zaragozana Julieta París ha explorado cómo el vacío y la pérdida pueden revelar una forma más plena de vivir

Entrevista Julieta París

Zaragoza

La psicóloga y antropóloga zaragozana, aunque afincada en Gerona, Julieta París ha visitado el programa para presentar su nuevo libro La belleza de la ausencia, una obra en la que ha explorado la relación entre la pérdida, la muerte, la soledad y la transformación personal. Durante la entrevista, ha explicado que el concepto de “ausencia” no siempre es bello, pero que en ella puede surgir un espacio fértil para la esperanza y el crecimiento. “La ausencia crea un lugar donde florece la belleza”, ha afirmado, aludiendo a cómo el vacío puede convertirse en una oportunidad para resignificar la vida.

París ha contado que el libro originalmente se titulaba Lo que no es, porque —según ha dicho— existe una “tiranía de aceptar solo lo que es”. En el proceso de escritura, ha descubierto que las carencias y las pérdidas también pueden generar belleza. Esa reflexión ha sido el punto de partida para desarrollar una mirada más amplia sobre la muerte y el modo en que las diferentes culturas la afrontan. La autora ha señalado que en nuestra sociedad occidental se evita hablar de la muerte, mientras que en países como México se la celebra y se la integra como parte de la existencia. “Si recordáramos que la muerte tiene que ver con todos, viviríamos de otra manera”, ha asegurado.

La escritora ha lamentado que en la actualidad se haya perdido el sentido del luto y de los rituales que acompañaban a la muerte. Ha recordado que antiguamente las personas vestían de negro, reducían el ritmo de vida y respetaban un tiempo de recogimiento, mientras que hoy la sociedad exige volver enseguida a la rutina. En su opinión, esa falta de ritualización provoca que el cuerpo acabe cobrando la factura del dolor no expresado. Por eso, ha defendido la importancia de dedicar un día a la “remembranza”, una jornada para recordar y honrar a los seres queridos que han fallecido.

En el inicio del libro, París ha abordado otro tema esencial: la incertidumbre. Ha explicado que vivimos en una sociedad “muy controladora”, obsesionada con planificarlo todo y evitar la sorpresa. “Nos hemos vuelto tan inteligentes que nos hemos hecho un poco tontos”, ha dicho con ironía, apuntando que ese deseo de control se relaciona con el miedo a la muerte. Ha insistido en que la vida es, por naturaleza, imprevisible, y que aceptar la incertidumbre nos permitiría vivir con más libertad y menos angustia.

Portada del libro La belleza de la ausencia

Otro de los capítulos destacados del libro trata sobre la soledad, un tema que, según la autora, está profundamente estigmatizado. Ha diferenciado entre la soledad no deseada y la “solitud”, entendida como la capacidad de estar bien con uno mismo. “Todo vínculo que nace de la necesidad es tóxico”, ha advertido, subrayando que muchas relaciones actuales se construyen desde el miedo a estar solos y no desde la elección.

Finalmente, Julieta París ha confesado que escribir La belleza de la ausencia ha sido un proceso sanador. Ha reconocido que su primer libro nació de un duelo personal, pero que este segundo le ha permitido reconciliarse con la pérdida y entender que “no se trata de aprender a vivir con la ausencia, sino de convertirla en presencia y dignificarla”. Con esta reflexión, ha cerrado una conversación tan luminosa como profunda sobre lo inevitable y lo esencial de la vida.