Con el depósito vacío: el reto financiero del cambio climático antes de la COP30

Zaragoza

A veces no dejamos de hacer cosas porque no podamos, sino porque nos convencemos de que no tenemos recursos suficientes para hacerlo. Esa idea ha sobrevolado hoy Hoy por Hoy Zaragoza, donde Guillermo Orduña ha analizado cómo el mundo ha llegado a la antesala de la COP30, que se celebrará la próxima semana en Belém, Brasil, con un desafío urgente: financiar la lucha contra el cambio climático.

Durante la sección SER Sostenibles, se ha recordado que un reciente informe internacional ha revelado que los países están “corriendo una maratón con el depósito vacío”. El documento ha evidenciado que los fondos destinados a la adaptación climática son insuficientes, sobre todo en las regiones más vulnerables. Orduña ha comparado la situación con una carrera desigual: “algunos países tienen acceso a puestos de hidratación, mientras otros corren con lo que llevan encima, con la botella medio vacía y las zapatillas gastadas”.

España, y en particular Zaragoza, han sido presentadas como un ejemplo intermedio. Como parte de la Unión Europea, el país dispone de más recursos que muchos territorios en desarrollo, pero también enfrenta sus propios retos climáticos. Zaragoza, ha recordado Orduña, es una zona semiárida, castigada por olas de calor cada vez más largas y lluvias torrenciales que dañan las infraestructuras urbanas y rurales. El informe citado ha mostrado que cada euro invertido en protección puede ahorrar más de 14 euros en daños, un dato que refuerza la necesidad de invertir de manera preventiva.

El colaborador del programa, Guillermo Orduña, ha insistido en que la falta de financiación no solo se traduce en lentitud política, sino también en desigualdad ambiental. “Hace falta romper esa brecha”, ha subrayado, refiriéndose a la distancia entre países con capacidad de adaptación y aquellos que apenas pueden protegerse de los impactos del clima.

El diálogo también ha abordado el papel de los recursos naturales en la economía digital. Orduña ha aludido a la creciente instalación de centros de datos en España y al debate sobre el uso del agua y la energía que requieren. Ha advertido que, aunque estas inversiones pueden traer desarrollo, también es necesario evaluar su impacto ambiental en regiones donde el agua es un bien limitado. “No todo es tan lineal como parece —ha explicado—. Hay centros de datos más eficientes y otros que consumen mucho más de lo que deberían”.

De cara a la próxima cumbre climática, se ha recordado que en la COP29 celebrada en Bakú se estableció una hoja de ruta de financiación que no ha cumplido las expectativas. Para que la reunión de Brasil sea efectiva, los países deberán replantear los mecanismos de apoyo económico y comprometer recursos reales que permitan la adaptación global.

Orduña ha concluido con una nota de esperanza: Europa puede desempeñar un papel decisivo en esta negociación, equilibrando intereses y manteniendo el objetivo de la descarbonización completa. “Queremos mantener la temperatura global por debajo del grado y medio, y aunque aún estamos verdes, se están consiguiendo cosas”, ha recordado. Una invitación, en definitiva, a no perder la fe en el futuro ni dejar que la falta de recursos nos impida seguir corriendo la maratón del clima.