El Parque Deportivo Ebro: entre el renacer deportivo y la urgencia de apoyo institucional
Tras años de abandono y dificultades, el histórico recinto zaragozano lucha por consolidarse como referente deportivo, aunque sigue enfrentando retos económicos y de accesibilidad

Zaragoza
El Parque Deportivo Ebro, ubicado en las afueras de Zaragoza, fue durante décadas un emblema del ocio y el deporte en la ciudad. En los años 70, llegó a congregar hasta 20.000 personas en un solo día, gracias a sus siete piscinas, pistas deportivas y zonas de restauración. Sin embargo, el deterioro de las instalaciones y los elevados costes de mantenimiento obligaron a su cierre en 2013.
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Hoy por Hoy Zaragoza y Parque Deportivo Ebro (04/11/25)
Desde 2015, la Fundación Educación, Salud y Deporte de Aragón asumió su gestión con el objetivo de recuperar su actividad, especialmente a través de deportes federados. Hoy, el parque registra cerca de un millón de usos anuales, aunque solo se utiliza el 60% de su superficie. El recinto presenta un contraste entre zonas abandonadas y otras con instalaciones modernas y muy activas, pero sigue sin contar con transporte público, lo que obliga a muchos usuarios, incluidos menores, a caminar hasta media hora para llegar.
Históricamente conocido como Parque Sindical, fue inaugurado en 1973 por el Sindicato Vertical de la dictadura. Su piscina cubierta olímpica, inaugurada en 2000, fue pionera en Aragón y acogió competiciones de alto nivel. Tras su cierre, la fundación se enfrentó a grandes desafíos, como el estado ruinoso de las instalaciones y una riada en 2015 que paralizó el proyecto durante tres años y provocó la retirada de inversores.
A pesar de las dificultades, incluida la pandemia de COVID-19, la fundación como señala su presidente, Guillermo Keliengries, decidió continuar por sus propios medios. Han logrado recuperar el parque socialmente, con una gran afluencia de usuarios, especialmente menores. Sin embargo, el proyecto sigue lastrado económicamente. Con 140.000 metros cuadrados de superficie y 28 trabajadores en plantilla, el parque tiene un gran potencial, pero requiere inversiones que la fundación no puede asumir sola.
Recientemente, la Federación de Voleibol se ha sumado al proyecto con una inversión de 250.000 euros para ampliar sus instalaciones. No obstante, como reconoce David Lechón, presidente de esta Federación, la falta de transporte público sigue siendo uno de los principales problemas. Reclaman soluciones al Ayuntamiento, incluyendo la extensión del servicio de bicicletas públicas, y han enviado una carta a la alcaldesa.
Aunque algunos consideran el parque como un espacio semiprivado, los gestores y federaciones insisten en que es totalmente público, propiedad del Gobierno de Aragón. Desde la Dirección General de Deportes se reconoce la preocupación por la situación financiera y de mantenimiento del parque. Se han mantenido reuniones con los gestores y se estudian opciones para dinamizar el espacio, considerado clave para Zaragoza y para toda la comunidad autónoma.
La directora general de Deportes, Cristina García, valora positivamente las inversiones realizadas por entidades como la Federación Aragonesa de Voleibol y asegura que, aunque los presupuestos son ajustados, se está estudiando cómo actuar como propietario para mejorar las instalaciones. Respecto al transporte público, aunque no hay una respuesta concreta aún, existe una comunicación fluida con el Ayuntamiento de Zaragoza y se abordará el tema en el momento oportuno.




