Tortilla de patata a precio de oro: la pobreza alimentaria se dispara en Aragón

Zaragoza

Este fin de semana se celebra la Gran Recogida del Banco de Alimentos en supermercados de Zaragoza, con el objetivo de abastecer la cesta básica para personas en situación de vulnerabilidad. Las donaciones pueden hacerse en caja, ya sea en forma de alimentos o aportaciones económicas, según el establecimiento.

La subida de precios complica aún más el acceso a productos básicos. Según datos de octubre de la organización agraria COAG, un kilo de patatas o cebollas ronda los 2 euros y una docena de huevos supera los 3 euros, lo que encarece incluso platos sencillos como una tortilla de patata.

Esta situación se refleja en entidades como Cáritas, que en 2024 atendió a 19.000 personas en Aragón (con una inversión de 17 millones de euros), y prevé un aumento en 2025, tal y como explica Carlos Gómez Bahillo, presidente de esta entidad en Aragón.

El 43% de los españoles ha dejado de consumir ciertos alimentos por su elevado coste, según el Estudio de Salud y Estilo de Vida de Aegon. El pescado es el primero en desaparecer de la dieta, seguido de la carne, la fruta, los cereales y los lácteos.

"En alimentación se nos están yendo unas partidas presupuestarias importantes y es chocante que en una comunidad como la de Aragón que realmente la gente no pueda llegar a poder adquirir estos productos básicos; carne se consume mucho menos, y el vacuno es un lujo", apunta.

Esta pobreza alimentaria se suma a otras formas de exclusión, como la energética (y no encender la calefacción), o renunciar a comprar medicamentos.

PIB vs bolsillo

Un aumento de las necesidades , y la vez, con cifras macroeconómicas que son muy positivas. "El PIB en Aragón está por encima de la media nacional en contraste con que el empobrecimiento vaya en aumento y, por tanto, hay una gran diferencia de renta", reflexiona.

Así, "la salida de la crisis [de la pandemia] y la euforia económica que estamos viviendo con los datos empresariales y sus beneficios no están repercutiendo en el conjunto de la población", continúa.

De hecho, a pesar de los buenos datos macroeconómicos, el último informe de la Fundación Foessa revela que la exclusión social afecta ya al 23% de la población aragonesa. Este estudio se presentará regionalizado el próximo 20 de noviembre.

Alquileres y realquileres

Las dificultades no se limitan a llenar la nevera, sino que también incluyen el pago de facturas y el acceso a la vivienda.

"Es una partida muy importante en nuestro caso, para el pago de alquileres y realquileres, personas que no pueden pagar la vivienda y también hay personas que viven en unas viviendas que están en unas condiciones que, desde luego, dejan mucho que desear", continúa el presidente de Cáritas Aragón.

Malas Yerbas: la alimentación como derecho

De alimentación y soberanía alimentaria se está hablando hoy en una jornada de debate del sector primario - entre otros asuntos - que ha organizado en el centro cívico Delicias el Colectivo Malas Yerbas, que agrupa a jóvenes agricultores y ganaderos de Aragón. Insisten en que la alimentación debe verse como un derecho y no como mercancía.

Ester Rubio, portavoz del Colectivo Malas Yerbas, apunta que "estamos acostumbrados a que, al final, la alimentación se trate como un producto, como mercancía pero es que es una necesidad de la sociedad y también apostamos en ese sentido por una mirada de soberanía alimentaria, de abastecer a nuestro territorio".

El medio rural, apunta, está cambiando por el desembarco de fondos de inversión. "Están viviendo empresas fuertes que ven en este sector una forma de invertir y sus inversiones , al final, están desplazando la vida de los agricultores y los ganaderos, e incrementan los precios de la tierra, la acapara".

En este encuentro están abordando, especialmente, la vertebración real del territorio y el mantenimiento de la población joven. Dedicarse al sector primario se encuentran con varias barreras: empezar de cero es casi imposible si no se hereda.

Por eso, abogan por reforzar las cooperativas. Además, también depende del acceso a servicios públicos, a una vivienda digna y también al empleo. Entre los retos, el reparto de tierras o ayudas reales para la incorporación.