Los agricultores turolenses afrontan la recta final de la siembra del cereal de invierno
Denuncian que los bajos precios de venta no les permite cubrir costes

María Eugenia Vílchez

TERUEL
Llovió a mitad de octubre, sin abundancia, y eso ha permitido que la tierra estuviera lista en noviembre, para una siembra que se ha hecho en tiempo y forma. Es el escenario idóneo, "porque el tiempo nos ha respetado bastante", según explica el responsable del sector de cereales de UAGA, Alberto Escura,
Todavía habrá que esperar a la llegada de la primavera para saber si la cosecha vuelve a ser buena. Mientras, los agricultores, estarán pendientes de que las heladas no afecten a los primeros tallos. "Queda un año y sufrir y que la primavera venga lluviosa", decía Escura.
Escura denuncia incertidumbre en el sector, ante unos precios de coste elevados y bajos en el caso de la venta del producto, "aunque tuviéramos una producción buena, con estos costes, no cubrimos la producción", explicaba el responsable de UAGA.




