Aragón entre la vanguardia y la memoria gastronómica
Güevo Wine irrumpe como un vino revolucionario mientras las VI Jornadas Juan Altamiras reivindican el legado culinario que sigue marcando nuestra identidad

Zaragoza
Aragón vuelve a situarse en el centro del mapa gastronómico con dos propuestas que, desde miradas muy distintas, comparten una misma filosofía: valorizar el territorio, reivindicar la identidad y demostrar que la creatividad y la memoria pueden convivir en una misma mesa. Por un lado, llega al mercado Güevo Wine, un vino concebido para romper moldes y cuestionar la forma en que entendemos la enología contemporánea. Por otro, se presentan las VI Jornadas Gastronómicas Juan Altamiras, un viaje al origen de nuestra cocina a través del recetario de uno de los autores más influyentes del siglo XVIII.
Güevo Wine: un vino que desafía las reglas
El recién nacido Güevo Wine se presenta como un proyecto fronterizo entre la enología y la poética. Más que un vino, es una declaración de intenciones: recuperar la emoción del vino frente a la tecnificación y las comparativas de mercado. La idea que impulsa esta iniciativa no nace del márketing, sino —como afirma su creador, el enólogo César Langa— de “la necesidad vital de volver a creer, ilusionar y reconectar con la tierra”.
Ese espíritu se concreta en el Método Ethernum, un sistema de elaboración reconocido por la Unión Europea por su carácter innovador y que se aplica íntegramente en el Valle del Frasno, un enclave privilegiado por su diversidad de suelos y su climatología extrema. Allí se cultivan, bajo manejo ecológico, variedades recuperadas como Parrel y Gonfaus, acompañadas de cepas históricas de Mazuela y Garnacha, que componen un mosaico vitícola singular.
El método rompe con todo lo habitual: la elaboración se realiza exclusivamente en huevos de hormigón de 1.700 litros, donde las levaduras indígenas siguen trabajando después de la fermentación, permitiendo una maduración lenta, microoxigenada y completamente natural. Además, el vino progresa mediante un sistema de criaderas y soleras, con una “saca” anual limitadísima de 2.266 botellas, lo que refuerza su carácter casi artístico.
Sin embargo, lo más audaz es su envase permeable, el primero en el mundo capaz de permitir que el vino siga evolucionando tras el embotellado. Una especie de cápsula vital que convierte la conservación en una parte más del proceso creativo. El resultado es un vino que no se cierra nunca, que respira y que cambia con el tiempo: una obra abierta, como la definirá el propio Langa.
Güevo Wine comenzará su recorrido internacional con presentaciones oficiales en Barcelona, París, Düsseldorf y Fenavin, un calendario que lo coloca desde su nacimiento en un escaparate global.
VI Jornadas Juan Altamiras: volver al origen desde la cocina contemporánea
A partir del 28 de octubre, Aragón celebrará la sexta edición de las Jornadas Gastronómicas Juan Altamiras, una cita ya consolidada que reivindica la figura del cocinero franciscano cuyas recetas, publicadas en Nuevo arte de cocina (1745), han sido clave para comprender la evolución de la cocina aragonesa.
Este año, las jornadas vuelven con un programa que combina divulgación histórica, creatividad culinaria y participación popular, y que lleva la obra de Altamiras a restaurantes de toda la comunidad. Durante varias semanas, cocineros y cocineras reinterpretarán platos del recetario original, adaptándolos a los lenguajes y técnicas actuales sin perder la esencia de esa cocina humilde, monacal y profundamente ligada al territorio.
Además de las propuestas gastronómicas, el programa incluye charlas, presentaciones, actividades familiares y encuentros profesionales que buscan acercar al gran público la dimensión cultural del recetario altamiriano. La idea no es solo cocinar sus platos, sino entender el contexto social y económico en el que surgieron, y descubrir hasta qué punto muchas de sus enseñanzas siguen vigentes hoy.
Las Jornadas Juan Altamiras consolidan, edición tras edición, una línea de trabajo que aúna patrimonio, tradición y reflexión contemporánea, demostrando que la cocina aragonesa no solo mira al pasado, sino que sabe dialogar con él desde la creatividad actual.
Dos propuestas, dos miradas, un territorio. Aragón reafirma su capacidad para innovar sin olvidar sus raíces: del vino que desafía paradigmas al recetario que nos recuerda quiénes fuimos. Un tándem perfecto para seguir celebrando el sabor de esta tierra.




