El futuro del Tubo: ¿Conservar o renovar?
Los concejales debaten en Hoy por hoy Zaragoza sobre el modelo de conservación que se desea para la zona histórica más turística de la ciudad
El estado del casco histórico vuelve al centro del debate municipal. Tras el derribo inminente del edificio del siglo XVI en la calle Estebanes, declarado en ruina y con una deuda de 5.000 euros, el Ayuntamiento se enfrenta a una pregunta clave: ¿qué hacer con El Tubo, uno de los espacios más emblemáticos de Zaragoza?
El inmueble, propiedad de la sociedad Tom Desarrollos, acumula 15 cambios de titularidad y un expediente plagado de sanciones impagadas. Su situación ha obligado a cortar la calle y cerrar locales de hostelería, algunos reabiertos este fin de semana. El consejero de Urbanismo anunció que el plan de inspecciones aplicado en El Gancho se extenderá al Tubo, donde apenas queda población residente y conviven ocio y turismo.
“Hemos dotado de herramientas las inspecciones” (PP)
El concejal Carlos Gimeno abrió la participación en el debate defendiendo la actuación del Gobierno municipal: “Se están realizando inspecciones urbanísticas que siempre han funcionado, gobierne quien gobierne. Lo que sí ha hecho el Partido Popular es dotarlas de herramientas, impulsando el plan de inspección de edificios. Estamos al 50% en Zamoray-Pignatelli y después iremos al casco histórico”.
“Una tomadura de pelo” (PSOE)
Mientras, Alfonso Gómez cargó contra la gestión del expediente recordando que el edificio fue declarado en ruina desde 2009, protegido como BIC, con diez multas de las que solo se pagaron dos, y que se archivó en 2024 porque ‘no se podía notificar’ a la propiedad. Así, preguntó al gobierno: "¿Cómo no se puede localizar a Antonio Martínez, socio de Ton, persona conocida en Zaragoza? Esto es una tomadura de pelo. Se derriba un bien protegido con dinero público cuando hay un titular responsable”.
“Plan de intervención y más ayudas” (Vox)
El presidente de la Junta de Distrito del centro, Armando Martínez, reclamó medidas estructurales. Hay zonas del casco histórico, dijo, muy degradadas. Y recordó que propusieron la inspección técnica porque los vecinos alertaban de la situación. Con el 50% de inspecciones hechas, ven que hay muchos inmuebles en ruina. "Hay que recuperar el proyecto de 2021 para crear una plaza en Estébanes y dotar de más fondos la rehabilitación. El Tubo es ocio, cultura y turismo: debemos cuidarlo”, añadió.
“Desidia y connivencia” (ZeC)
El concejal Suso Domínguez fue más allá y señaló el caso como ejemplo paradigmático de la inacción municipal en la preservación del patrimonio. El expediente abierto en 2017 se cerró sin ejecutar obras ni cobrar sanciones. No es solo desidia, dijo, hay intereses detrás. Y terminó: "¿Por qué se retiró el proyecto de 2021? ¿A quién no gustó? En urbanismo, el quién explica el qué y el porqué”.
El debate deja claro que el futuro del Tubo se mueve entre la conservación del patrimonio y la necesidad de intervenir ante la degradación. Mientras el Ayuntamiento prepara nuevas inspecciones, la pregunta sigue abierta: ¿qué Tubo quiere Zaragoza?
