Asociaciones feministas denuncian que los centros de crisis para víctimas de violencia machista no abren las 24 horas
La Ley exige que funcionen los 365 días del año las 24 horas, pero aseguran que solo abre de 9.00 a 19.00

Zaragoza
Asociaciones feministas denuncian que los CAIVIS (Centros de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia Machista o de Agresiones Sexuales) no funcionan las 24 horas del día, los 365 días del año, tal y como deberían y como exige la ley. En estos espacios se ofrece atención especializada por psicólogos, abogados y trabajadores sociales.
Aseguran que el centro solo abre de 9:00 a 19:00 horas y que, fuera de ese horario, la única opción es pedir ayuda a través de un teléfono. Este lunes, varias decenas de mujeres se concentraron a las puertas del centro de Zaragoza más allá de las siete de la tarde, cuando ya estaba cerrado.
Irene Molli, portavoz del 8M, recuerda que la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, en su artículo 35, “especifica que estos centros deben ofrecer acompañamiento presencial las 24 horas del día, todos los días del año”.
Critican que el Gobierno de Aragón “no está cumpliendo la ley”. Además, señalan que hay que pedir cita previa y que los fines de semana solo está disponible el teléfono. Las asociaciones feministas consideran que esto dificulta que las mujeres denuncien situaciones de maltrato: “Hace que menos mujeres denuncien y den menos pasos al frente”, explica Molli.
“Ir a una comisaría puede resultar más hostil para las víctimas que acudir a un espacio propio para este tipo de violencias”, añade. Estos centros no solo atienden a mujeres, también a niñas y niños que puedan sufrir estas lacras.
Desde su apertura en diciembre del año pasado, el centro ha atendido a 164 mujeres víctimas de violencia machista o sexual.
Las trabajadoras sociales suman muchas más atenciones, porque estas casi 200 mujeres —en su mayoría jóvenes menores de 30 años— acuden a pedir información o ayuda, aunque en ocasiones no reciben un seguimiento semanal ni integral.
Marta Cortés, trabajadora social, explica que las víctimas suelen acudir “cuando la agresión acaba de ocurrir o hace relativamente poco. También vienen porque sufren una agresión continuada en el tiempo. Nos sorprende que muchas mujeres acuden tras haber sufrido una agresión muy anterior: vienen cuando han pasado dos, diez o veinte años”, señala. Sobre todo, las víctimas solicitan atención psicológica, pero también asesoramiento legal.




