Revolución en los cuidados: Aragón apuesta por residencias sin barreras
Se apuesta por un modelo que prioriza dignidad, autonomía y participación en el cuidado de los mayores

Hoy por Hoy Zaragoza y las residencias de mayores (04/12/25)
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Zaragoza
El futuro del cuidado de las personas mayores y de las residencias se está replanteando en Aragón. La residencia Betania Escolapios organizó este miércoles, la III edición de un encuentro que reunió a más de 100 profesionales bajo el lema “Sumando miradas para cuidar con sentido”, con el objetivo de consensuar una guía para avanzar hacia un modelo centrado en la persona.
Este enfoque prioriza el bienestar físico, emocional y social, respeta la individualidad y fomenta la autonomía y la participación. Se basa, como explica su director, Jesús Marta, en tres pilares: dignidad, autonomía y participación, ofreciendo actividades significativas y evitando un control excesivo. El reto es también combatir estereotipos negativos sobre las residencias, presentándolas como una opción más de cuidado.
La transformación llega en un contexto de envejecimiento acelerado. En Aragón, el 22,4% de la población tiene 65 años o más, la edad media es de 45,5 años y el índice de envejecimiento alcanza el 123%. Hay más de 37.000 mayores dependientes y 48.000 solicitudes pendientes, lo que anticipa una mayor demanda de cuidados. La comunidad cuenta con 286 centros geriátricos y casi 20.000 plazas, con una ocupación del 88%, aunque persisten listas de espera y desigualdades territoriales. Las proyecciones indican que en 2039 uno de cada cuatro habitantes será mayor de 65 años, lo que supondrá más presión sobre el sistema sanitario y social.
Las residencias están cambiando su imagen tradicional de asilo. En Betania, por ejemplo, los residentes se mueven libremente sin segregación por patologías, y se atienden sus necesidades cognitivas y físicas de forma individualizada. Se trabaja para eliminar el edadismo, el rechazo o miedo hacia la vejez, y para asumir riesgos que permitan libertad, como el uso de andadores en protocolos sin sujeciones. La pandemia marcó un punto de inflexión: se aprendió a equilibrar protección y calidad de vida, aunque las mascarillas siguen siendo un elemento que limita la comunicación.
El sector público también apuesta por este cambio de modelo, con más apoyos para que los mayores permanezcan en su domicilio el mayor tiempo posible, sin renunciar a residencias cuando sean necesarias. Este reto, señala Mariano Fago, coordinador de atención integrada en el IASS, exige más personal especializado, especialmente en zonas rurales, y se plantea como una oportunidad para impulsar la "silver economy", que generará empleo y servicios vinculados a los cuidados.
Además, surgen alternativas como el cohousing, que promueve vida comunitaria y cuidados compartidos. Proyectos como La Enramada en Miralbueno y Las Crisálidas en La Paz apuestan por unidades de convivencia pequeñas con espacios comunes para fomentar relaciones y apoyo mutuo. Apunta Fernando Pablo, presidente de esta cooperativa, que no son residencias tradicionales, sino propuestas para personas que buscan una forma de vida colaborativa que facilite afrontar la última etapa con compañía y autonomía.
El futuro del cuidado de los mayores en Aragón se dibuja entre residencias con un modelo integral y nuevas fórmulas de convivencia que combaten la soledad y priorizan la calidad de vida.




