"Conecté con ellos gracias al humor". Diego Zapatero, el zaragozano que estudia a los indígenas de Indonesia
El antropólogo visual zaragozano presenta Malangan, su segundo libro dedicado a las tribus de Java oriental, y reivindica la importancia de documentar tradiciones al borde de la desaparición

Zaragoza
La relación de Diego Zapatero con Indonesia nació a raíz de dos documentales que le cambiaron la vida. En 2010, Baraka y World Photographer despertaron en él una fascinación por la riqueza cultural del archipiélago y por la intensidad de sus contrastes: desde paisajes de una belleza hipnótica hasta realidades duras como las minas de azufre de Java. Aquel impacto inicial derivó en una beca del gobierno indonesio para estudiar fotografía en el país y acabó marcando el rumbo de toda su carrera. Desde entonces, Zapatero vive con un pie en Zaragoza y la cabeza en el sudeste asiático.
Especializado en antropología visual, el fotógrafo ha profundizado durante años en las comunidades de Java Oriental. Su dominio del indonesio y del javanés, incluidas sus variantes más formales, le ha permitido integrarse en pueblos donde apenas quedan vestigios de ciertas expresiones culturales. En ese entorno, el humor ha sido su mejor herramienta para conectar con la gente: una afinidad que, sostiene, nos une más de lo que pensamos con estos lugares remotos. Son sociedades sencillas, acogedoras y extraordinariamente amables, donde la sonrisa forma parte del paisaje.
Su nuevo libro, Malangan, es el segundo volumen de una pentalogía dedicada a documentar tradiciones que se encuentran al borde de la extinción. En este caso, ha centrado su trabajo en la danza de máscaras Malangan, que pervive en solo doce comunidades del este de Java. La obra es el resultado de tres años de investigación previa y de una estancia breve pero intensa sobre el terreno, donde cada fotografía ha exigido una coordinación milimétrica con bailarines, familias y líderes comunitarios. En apenas dos semanas, Zapatero ha condensado entrevistas, rituales, ensayos y puestas en escena que requieren la complicidad total de quienes participan en ellas.
El carácter artesanal del proyecto es parte esencial de su propuesta. Cada ejemplar del libro está trabajado a mano, con láminas transparentes creadas una a una y papel fotográfico de calidad museística. El volumen, además, incluye un perfume tradicional utilizado en rituales javaneses, un gesto que busca transportar al lector al mismo ambiente donde nace esta danza ancestral.
Luis Rabanaque, actor, comunicador y amigo íntimo del fotógrafo, presentará su libro en Cálamo este miércoles a las 7 y destaca la “generosidad, humildad y talento” de Zapatero, cualidades que —asegura— atraviesan todo su trabajo. Recuerda también el impacto del primer libro del autor, una obra artesanal que llegó a convertirse en obsequio oficial del gobierno indonesio a determinados visitantes ilustres. Para Rabanaque, la labor de Zapatero trasciende la documentación fotográfica: “Está preservando algo que, sin esfuerzos como el suyo, desaparecería sin dejar rastro. Estas pequeñas gestas son las que sostienen la memoria cultural de un lugar”.
Con Malangan, Diego Zapatero vuelve a tender un puente entre Java y Zaragoza, entre una tradición que agoniza y un público que quizá descubra, en sus páginas, una forma de vida distinta pero profundamente humana. El resultado es un libro que es a la vez archivo, homenaje y experiencia sensorial, y que confirma que aún queda espacio para la fotografía entendida como un acto de cuidado y memoria.




