La economía aragonesa cerrará el año con un incremento anual del 2,9% y previsiones de desaceleración
En 2026 el PIB de Aragón crecerá previsiblemente un 2,5%

Presentación del balance anual y perspectivas para 2026 por parte de CEOE Aragón

Huesca
CEOE Aragón ha presentado la situación económica y las perspectivas para el próximo año. En su informe han indicado que la economía española y la aragonesa se han desacelerado a lo largo del año, pero han evolucionado mejor de lo previsto y por encima del promedio de la Zona euro y las grandes economías europeas. Y con respecto al próximo año, hay previsiones de estabilidad o desaceleración para 2026.
El crecimiento del PIB se ha basado en el impulso de la demanda interna, tanto consumo como inversión, ante la menor aportación de la externa y con una escasa mejora de la productividad.
El aumento de la población, del empleo y de la renta de hogares, junto a los menores costes de financiación y la aplicación de los Fondos Europeos han estimulado la demanda de consumo y la inversión, el componente interno que ha mostrado mayor debilidad en la fase de recuperación.
El destacable impulso de la construcción en obra civil y en edificación se manifiesta en la variación de la inversión, pero también en los indicadores de producción, licitación y consumo de cemento. Pese al aumento, persiste un desajuste entre la oferta y la demanda de vivienda disponible que se traduce en incremento de precios.
La inversión en bienes de equipo ha tenido un comportamiento creciente en Aragón a lo largo del año, con efecto positivo sobre la producción industrial y el fuerte aumento de la importación de este tipo de bienes, que conllevan mejoras de eficiencia y la capacidad productiva empresarial.
En el ámbito del comercio exterior, el importante crecimiento de las importaciones junto a caída de las exportaciones de bienes acumuladas a lo largo del año ha situado la tasa de cobertura aragonesa en 82,4%, por debajo de la nacional.
El mercado laboral se ha mantenido fuerte, gracias a la contribución de la población inmigrante, aumentando el ritmo de crecimiento del empleo, según los datos de la ocupación de la Encuesta de Población Activa y de afiliación a la Seguridad Social, manteniendo Aragón tasas de incremento inferiores a las nacionales, pero en convergencia.
No obstante, el margen de crecimiento es limitado, en un entorno de escasez de mano de obra para incorporar a las plantillas de las empresas y una tasa de paro del 8,5% en Aragón, 2 puntos porcentuales por debajo de la de España.
En términos generales, las empresas aragonesas han mostrado un incremento de su facturación en el año, con previsiones de estabilidad o desaceleración para 2026.
La demanda interna ha impulsado el crecimiento, mientras que las exportaciones de bienes se han reducido, especialmente las vinculadas a la automoción, sector en profunda reconversión en su transición hacia el vehículo eléctrico, con gran potencial de crecimiento futuro.
A lo largo del año, el impacto arancelario ha sido limitado en la Comunidad Autónoma, afectando en mayor medida a determinados subsectores alimentarios como el del vino y el cárnico, que a su vez se ha visto amenazado por las posibles consecuencias comerciales derivadas de la peste porcina africana.
Los costes de producción asociados a las materias primas han permanecido estables favorecidos por la contención de los precios energéticos y el limitado impacto de los aranceles, sin embargo, los costes laborales continúan al alza.
El aumento de los costes laborales, tanto salariales como de cotizaciones sociales, se acentúa por el incremento del absentismo laboral, especialmente de larga duración, lo que repercute además en la organización interna. La previsible aprobación de nueva normativa laboral, como la subida del Salario Mínimo Interprofesional añade mayores presiones al tejido empresarial.
Existen dificultades generalizadas para la contratación de personal en todos los sectores, debido a la escasez de mano de obra disponible y la falta de relevo generacional, lo que limita el potencial de crecimiento de producción. Las grandes inversiones previstas abren además nuevas oportunidades para la creación de empleo, suponiendo un reto la captación de talento y su cualificación.
Las empresas están avanzando progresivamente en la integración de la inteligencia artificial, orientada a mejorar la eficiencia de los procesos y la productividad. Se observa un descenso en la contratación de algunos perfiles TIC básicos debido a la automatización de tareas sencillas con herramientas de IA, por lo que es necesaria una mayor adaptación formativa a las nuevas tecnologías, impulsando la creación de empleos más cualificados y digitalizados, con capacidad de generar mayor valor añadido.




