El amigo invisible de los Libros que Importan

Zaragoza

Zaragoza ha vuelto a demostrar que la literatura puede ser un punto de encuentro colectivo. La Plaza del Pilar se ha convertido una vez más en el escenario del intercambio de Libros que importan, una iniciativa que ha cumplido su novena edición y que ha reunido a lectores anónimos, autores, gestores culturales, periodistas y familias enteras alrededor de un gesto sencillo: regalar un libro especial acompañado de una dedicatoria personal. Pese al frío y a la lluvia, el ambiente ha sido cálido y festivo, marcado por el reencuentro y la complicidad que se repite cada Navidad.

La primera donación la ha aportado Juan Royo, que ha recibido Una sombra blanca, de José María Latorre, descrito en su dedicatoria como una invitación al recogimiento y a la lectura tranquila, y ha entregado el cómic del barrio de San José, una obra ya agotada que ha despertado especial ilusión. Javi Vázquez, por su parte, ha compartido El hijo de todos, de Luis Eldrick, un libro que le ha sorprendido y emocionado precisamente por no haberlo elegido él mismo, reflejando el espíritu del intercambio.

El recorrido ha continuado con voces muy reconocibles de la vida cultural y social aragonesa. Luis Rabanaque ha entregado 1863 pasos y ha recibido la novela en la que se basa Blade Runner, celebrando el cruce entre literatura, radio y cine. El director general de Cultura, Pedro Olloqui, ha participado un año más con un libro sobre el monasterio de Sigena, reivindicando el patrimonio aragonés y la importancia de permanecer unidos, mientras que ha recibido El mozárabe, una novela histórica centrada en la convivencia entre religiones.

También ha intervenido Sara Fernández, quien ha destacado el carácter único del intercambio y ha subrayado cómo las dedicatorias cambian la forma de leer los libros recibidos. Ella misma ha entregado de nuevo el cómic del barrio de San José y ha recibido Así empieza lo malo, de Javier Marías, afrontando el título con optimismo. Antón Castro ha aportado su mirada poética al encuentro, definiéndolo como un ritual navideño, y ha celebrado recibir un volumen dedicado a la poesía aragonesa tras haber dejado un libro colectivo sobre el Teatro Principal.

El alma de la iniciativa, Atrapavientos, ha vuelto a estar muy presente. Jorge Gonzalvo ha explicado que este año se han intercambiado entre 1.300 y 1.500 libros, alcanzando ya casi 16.000 en el total acumulado. Más allá de las cifras, ha destacado la emoción de un intercambio que es siempre de persona a persona y la alegría de ver participar a familias completas. Además, ha recordado que Libros que importan es solo una parte de un proyecto más amplio que incluye talleres, mediación lectora y actividades internacionales.