Amigos de Bolturina trabajan en la recuperación de la fuente y el lavadero
El pasado mes de junio llevaron a cabo una primera jornada de trabajo en el entorno de la iglesia de este núcleo despoblado


La Asociación Amigos de Bolturina continúa con su labor de limpieza y acondicionamiento del despoblado perteneciente al municipio de Secastilla. Si en junio llevaron a cabo una jornada de trabajo para acondicionar el entorno de la iglesia de Santa Ana y la fuente de Bolturina, el pasado 25 de septiembre, los trabajos se centraron en la recuperación de la fuente y el lavadero.
Una veintena de voluntarios y miembros de la asociación Amigos de Bolturina, con las herramientas necesarias y con el apoyo del Ayuntamiento de Secastilla, llevaron a cabo la segunda actividad para tratar de “renacer” los restos del pueblo desaparecido de Bolturina en la comarca de la Ribagorza. En esta ocasión los trabajos se centraron en la recuperación de la fuente, que está, prácticamente, seca, y el lavadero del pueblo, para convertirlo en un espacio donde poder estar o visitar, y que se hallaba cubierto de matorrales y maleza tras más de 40 años inoperante. La última vez que se restauró la fuente fue en el año 1955.
El trabajo se llevó a cabo en un ambiente de gran armonía entre los voluntarios, y finalizó con una comida de hermandad, como no podía ser de otra manera, y donde se idearon nuevas actuaciones.
Los objetivos de Amigos de Bolturina son unir, reunir y potenciar las relaciones sociales y la convivencia entre las personas que están relacionadas con el pueblo y su entorno, bien por haber nacido en él, ser descendiente de oriundo, amigos, senderistas, excursionistas, peregrinos y, en definitiva, cualquier persona que se sienta atraída por el proyecto.
Bolturina o Bulturina (en aragonés ribagorzano) se encuentra a 656 metros de altitud sobre el nivel del mar.
El proceso migratorio fue uno de los motivos, que llevó a la despoblación del municipio a mediados de la década de los 70 y, desde entonces, el deterioro y derribo de las casas del pueblo han dejado la zona maltrecha e inhóspita. Actualmente sólo se conserva la iglesia parroquial de Santa Ana del siglo XVI, que se encuentra en un avanzado estado de ruina, el cementerio, anexo a la iglesia, lleno de piedras desprendidas de la iglesia y con abundante maleza, y la fuente que abastecía al pueblo.