Cambiar Huesca recuerda a Berta Cáceres en el Día Mundial de las Mujeres por la Paz y el Desarme

“Las mujeres han trabajado y trabajan para prevenir los conflictos armados, para denunciar sus consecuencias, para reclamar negociaciones que pongan fin a la violencia y para reconstruir todo aquello que la guerra destruyó, infraestructuras y tejido social, actividad económica y relaciones comunitarias, entre otros aspectos”, declara Pilar Callén, candidata a la alcaldía de Huesca por la confluencia Cambiar Huesca.

El 24 de mayo es el Día Internacional de las Mujeres por la Paz y el Desarme, conmemoración instaurada en la misma fecha de 1982 por grupos de mujeres pacifistas, feministas y antimilitaristas europeas, que se unieron contra las armas nucleares y el incremento del armamentismo. Cambiar Huesca, añade Callén, suscribe lo señalado por la profesora María Villelas Ariño, representante de la Liga Internacional de Mujeres por la paz y la libertad (WILPF) cuando señala que “a lo largo de la historia, las mujeres se han comprometido e implicado políticamente con la construcción de la paz en múltiples ocasiones”.

“Este 24 de mayo, desde Cambiar Huesca, organización política de inequívoca militancia y vocación feminista y antimilitarista, queremos nombrar también, coincidiendo con la lucha por el Medio Ambiente, a dos defensoras de los derechos de la tierra, una africana, la keniana Wangari Maathai y otra hondureña, Berta Cáceres. De esta última, se cumplen tres años de su asesinato, pero todavía la investigación no ha dado con todos los responsables de semejante crimen. De Berta Cáceres, cuya memoria honramos en el parque donde da nombre al Aula de naturaleza, tristemente cerrada, por cierto, recogemos esta urgencia: Necesitamos un sistema de justicia global que ponga en el centro a las personas y al planeta, garantizando los derechos humanos universales”.

Pilar Callén asegura que en todos los foros en los que participa Cambiar Huesca, ha denunciado incansablemente que la violencia contra las mujeres es una de las manifestaciones más expresas de que el patriarcado no se resigna a replegarse y que sigue dominando socialmente. El movimiento de mujeres por la paz y el desarme va unido intrínsecamente a la posición frontal contra la violencia machista y a la opresión que el patriarcado ejerce contra las mujeres.

“Frente al militarismo y la guerra –concluye-, contra la violencia hacia las mujeres, las feministas defendemos la globalización de los valores de igualdad, el derecho a la

diferencia, a la libertad y a la justicia. Frente a la violencia machista y patriarcal, defendemos una sociedad de iguales donde la violencia y las guerras estén fuera de nuestras vidas”.