El Arciprestazgo de Monegros va a quedar unificado en dos unidades pastorales, Sariñena-Lanaja y Grañén-Robres

La falta de vocaciones, a la que se suma la marcha de algunos sacerdotes o de frailes de la Diócesis de Huesca, que se encargaban del trabajo en las parroquias de varios pueblos de la Comarca de los Monegros, o la elevada edad de muchos de ellos ha llevado al Obispado a tener que reorganizar y reestructurar el Arciprestazgo de los Monegros para asegurar la atención pastoral. Se han creado dos unidades pastorales, con los sacerdotes, y al mismo tiempo se ha empezado a formar a laicos para que puedan ayudar en las celebraciones, puesto que no se llega a poder celebrar la Eucaristía en todos los pueblos.

Lanaja y Sariñena tendrá una unidad pastoral, que se ha denominado "Nuestra Señora de las Fuentes", y Grañén y Robres tendrá otra, denominada "Santiago-Santa Ana". Cada una de ellas cuenta con dos o tres sacerdotes, que elaboran una programación conjunta de la pastoral y de la atención a cada uno de los pueblos.

Nicolás López, vicario general de la Diócesis, asegura que hay que proyectar una pastoral distinta de la que se estaba haciendo hasta ahora. En su opinión, ya no se trabaja individualmente, sino que se hace de forma conjunta en diferentes parroquias. 

Se trata de iniciar una forma de pastoral en la que todos los fieles se sientan llamados a trabajar por la comunidad, por lo que se ha comenzado a formar a los laicos para que se impliquen activamente en la marcha de las unidades pastorales, haciéndose cargo, si es necesario, de lo que se denomina "ministerios laicales" dentro de la Iglesia. 

Este tipo de unión también va a ser efectiva en el Arciprestazgo de Huesca, donde las parroquias también se van a unir de dos en dos: la Catedral y San Pedro, San José y la Encarnación, Santo Domingo y San Martín con el Perpetuo Socorro, Santiago y M.ª Auxiliadora, y San Lorenzo y San Francisco.

En este caso, además, también hay formación de laicos, que dirige todos los jueves el Aula de Teología San Lorenzo-San Vicente, que tiene su sede en la antigua residencia de los Padres Jesuitas.