El microrelato ‘Todo empieza con una palabra’ gana el concurso CientoCincuenta
La XV edición de este concurso de micro literatura ha recibido 209 originales. El premio para el ganador es 150 euros
Montse Codina Botifoll de Sallent, Barcelona, ha resultado ser la ganadora de la decimoquinta edición del concurso CientoCincuenta de microliteratura, organizado por el área de cultura del Ayuntamiento de Graus, y que, este año, tenía como hilo conductor el tema ‘Empezar de nuevo’. La autora recién se ha iniciado en el mundo de la literatura y la narrativa y se mostraba sorprendida al recibir la noticia. En esta ocasión se han recibido 209 textos procedentes de diferentes puntos de la geografía nacional.
En esta edición 2021 el jurado ha estado compuesto por el concejal de cultura del Ayuntamiento de Graus, Julián del Castillo, la técnico de cultura del Ayuntamiento de Graus, Elena Nogarol y el técnico de cultura del Ayuntamiento de Jaca, Jorge Mur. El premio del concurso es de 150 euros.
Montse Codina se une desde así a la nómina de ilustres ganadores del CientoCincuenta, en las que ya figuran José Bonachela (2007), Mª José Domingo (2008, 2009), Mª José Girón (2010), Gisela Lorenzo (2011), Miriam del Cerro (2012), Alberto de Frutos (2013), Vanessa Proaño (2014), José Manuel Dorrego (2015), Gabriel Sanz (2016), Francisco Ramos (2017), Patricia Collazo (2018), Juan Manuel Sainz (2019) y Roger Garrido Cortés (2020).
TODO EMPIEZA CON UNA PALABRA
Si es una palabra, puede ser Adiós. Si son dos, hasta luego o hasta siempre. Cuatro “Te deseo lo mejor”. “Soy yo, no eres tú” son cinco, y “no estamos en la misma página”, seis. Lo que siga puede variar entre cajas de cartón y rollos de precinto o quién se queda la Smart tv y la Thermomix. Si hay mascota se complica. Bobby estará muy solo con tus turnos. Tu apartamento no tiene terraza. ¿Qué hacemos? Un “lo echamos a suertes” es un acuerdo del cincuenta por ciento. ¿Volvemos a intentarlo? Es una oferta de tres y con perspectiva de futuro. ¿Y si nos vamos a vivir al Pirineo? Una propuesta de ocho. Un guau, una onomatopeya y un largo beso se come todas las palabras.
Empezar de nuevo puede ser una cuestión de ciento cincuenta palabras.