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El pastel ruso cambia su empaquetado en el 130 aniversario de Ascaso

La marca actualiza el diseño que acompaña a su dulce estrella y lo hace sostenible con una reducción de más de un 90% de la presencia de plásticos

La Pastelería Ascaso celebra este año su 130 aniversario y ha decidido festejarlo cambiando la piel a su producto más emblemático, el pastel ruso, que a partir de ahora será además más sostenible. "Desde su creación, en 1974, lo hemos comercializado con el mismo embalaje y este año nos ha parecido especial como para dar este paso", indica Sura Ascaso, responsable de Desarrollo de Negocio de la empresa. Ese paso es la reducción de la presencia del plástico en su embalaje en un 93,5% con respecto al anterior y la utilización de tintas con certificación de base vegetal. "El actual 'packaging' está realizado con un cartón respaldado con el sello FSC de gestión forestal responsable, reforzado y de gran gramaje, para seguir optimizando las condiciones de conservación y durabilidad propias del pastel ruso, y facilitando su mantenimiento incluso en los grandes viajes", explican desde la firma.

En cuanto al diseño, la nueva caja sigue la línea creada por la marca en los últimos años de unificación de su 'packaging' y alineación con su identidad gráfica, marcada por los colores azules intensos y fucsias y sus característicos círculos. En el nuevo embalaje también se ha simplificado la información, apostando por la iconografía para destacar las propiedades del producto y el envase. "Además -matiza Sura Ascaso-, a los datos generales les hemos añadido una cita escrita por nuestra familia, ya que este pastel es nuestra creación más personal y queremos que llegue con esta impronta a todos los consumidores. Nuestro obrador se caracteriza por la artesanía en sus procesos, pero también por la cuidada relación con nuestros clientes, proveedores y equipo, concretada en detalles como este".

El 'toque secreto' del pastel ruso de Ascaso
El Pastel Ruso de Ascaso es la especialidad más demandada de la pastelería oscense. Contiene avellana, almendra, clara de huevo, espuma de praliné y el "toque secreto" de Ascaso. Sus particulares características permiten que, aunque no contenga conservantes, se mantenga bien en el tiempo, lo que le permite "viajar" mucho, y eso también forma parte de su éxito. Se mantiene en frigorífico normal y se recomienda tomarlo atemperado (entre 15ºC y 22ºC), aunque admite más fluctuaciones según los gustos. Conservado entre 0ºC y 8ºC grados tiene una caducidad de dos meses. No lleva harina, por lo que es apto para celíacos y cuenta con el distintivo C’Alial de Calidad Alimentaria otorgado por el Gobierno de Aragón.