El Rey reclama "integridad pública y moral" en las instituciones en un mensaje marcado por La Palma y la covid
ha hecho una defensa de la Constitución como "viga maestra que ha favorecido el progreso" y que "ha sostenido la convivencia democrática"
El recuerdo a la isla de La Palma tras la erupción volcánica y la pandemia de la covid-19 han marcado el octavo discurso de Navidad del Rey Felipe VI. En su tradicional mensaje, el monarca ha llamado a la "integridad pública y moral" en las instituciones y ha hecho una defensa de la Constitución como "viga maestra que ha favorecido el progreso" y que "ha sostenido la convivencia democrática" en las diferentes crisis a las que ha hecho frente España.
La isla y los habitantes de La Palma han sido objeto de las primeras palabras de Felipe VI en su mensaje de este viernes. "Hoy nuestro corazón y nuestro pensamiento siguen con vosotros", ha afirmado el rey en su apertura, reconociendo sentirse lleno de "tristeza" tras los tres meses de "situación dolorosa y difícil" que "han dejado a muchos sin hogar y sin medio de vida".
El otro gran tema de este discurso ha sido la pandemia. "El virus todavía tiene la capacidad de hacernos daño", ha dicho Felipe VI, quien ha hecho una comparación entre la "situación diferente" de la España de finales de 2020 y la de finales de 2021, con un virus "que se vuelve a transmitir muy rápidamente". Por ello, tras poner en valor los avances de la ciencia y el "gran número de españoles que se han vacunado", el monarca ha pedido "seguir teniendo cuidado" y "actuar con la mayor responsabilidad individual y colectiva".
Tras hacer mención a las "consecuencias sociales, económicas y emocionales" derivadas de la pandemia, Felipe VI ha pronunciado unas optimistas palabras sobre la economía del país. "Nuestra economía ha vuelto a crecer y a recuperar la gran mayoría de los puestos de trabajo temporalmente suspendidos". Sin embargo, se ha detenido a destacar el "aumento" de personas en situación de vulnerabilidad y ha hecho énfasis en la "preocupación" en los hogares españoles por la subida de precios, la constante subida del precio de la luz o las dificultades para encontrar empleo, "especialmente para los jóvenes".
La Constitución como "viga maestra" del progreso y petición a las instituciones
Como suele ser habituales en los mensajes del 24 de diciembre, Felipe VI ha realizado una férrea defensa de la Constitución, a la que ha definido como la "viga maestra que ha favorecido nuestro progreso" a través de las crisis a las que se ha enfrentado el país en más de cuatro décadas de democracia en las que España ha vivido "un cambio muy profundo".
Más de un año después de la marcha de España del Rey emérito Juan Carlos I, al que ya aludió de forma indirecta en su discurso de 2020, Felipe VI ha realizado una llamada de "responsabilidad" a las instituciones, a las que ha pedido "respetar y cumplir las leyes y ser ejemplo de integridad pública y moral". Por ello, ha pedido "colaboración" y "consensos" que "garanticen una mayor estabilidad y un mayor bienestar en los hogares".
Apelando al espíritu de la Constitución, Felipe VI ha pedido "unidad frente a la división", "diálogo y no enfrentamiento", "respeto frente al rencor" y "espíritu integrador frente a la exclusión".
El futuro de España
Durante su discurso, Felipe VI ha mirado al pasado, pero ha querido tener unas palabras sobre el futuro de la nación. "Nuestro futuro como país va muy de la mano de la Unión Europea", ha explicado el rey, quien también ha defendido la labor de la UE en los últimos meses: "La lucha contra la pandemia ha reforzado a la propia Unión, que ha asumido compromisos muy importantes y sin precedentes en salud, economía y empleo".
Además de pedir que España "confíe en sus fuerzas como nación", Felipe VI ha vinculado el futuro del país a los fondos europeos de reconstrucción tras la pandemia, "una ocasión pública que no podemos desaprovechar", según el jefe del Estado.
El rey, vestido con traje azul marino, camisa blanca con rayas finas y corbata con puntos en tonos rojo, azul y blanco, ha empleado 13 minutos y 20 segundos en pronunciar las 1.554 palabras que componen su texto, grabado en la Sala del Palacio de la Zarzuela, contigua al Salón de Audiencias.
