El Supremo impone 24 años de cárcel para el asesino de Rockaya
Esta condena es firme y rebaja en un año la dictada por los tribunales aragoneses. La sentencia excluye el agravante de ensañamiento
El Tribunal Supremo impone una condena de 24 años de prisión a Mamadou Diagne por el asesinato de su ex pareja, Rokahaya Diop, el 25 de noviembre de 2018 en Monzón. Una condena que tiene en cuenta los agravantes de género, parentesco y alevosía.
De esta forma, el máximo tribunal rebaja ligeramente la condena de 25 años impuesta por la Audiencia Provincial de Huesca en julio del pasado año. Un fallo que era ratificado por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón tres meses después. Ahora, los jueces rebajan su condena un año al retirar el agravante de ensañamiento que en un primer momento aplicaron los tribunales aragoneses.
En ese sentido, los magistrados no tuvieron ninguna duda de que la víctima no moría por una puñalada en concreto sino a causa del gran número de ellas (más de 90), porque le produjeron una gran pérdida de sangre. Sin embargo, el Tribunal Supremo, con el magistrado Antonio del Moral como ponente, considera que "sería un dislate discutir sobre un innegable ensañamiento -con saña-" teniendo en cuenta que el acusado asestó noventa puñaladas a su víctima, pero añade que desde un punto de vista jurídico "el concepto técnico jurídico de ensañamiento no se acomoda a la percepción que puede albergar el no jurista o que se maneja en una tertulia".
Explica el Supremo que "es necesario que, de hecho, se inflija, y se quiera de propósito infligir, un dolor singular a la víctima; que se busque una metodología homicida cruel, que se recrea en el dolor de la víctima o muestra indiferencia o indolencia frente al mismo. Por eso, la reiteración de puñaladas, tras una primera mortal, jamás será ensañamiento, aunque se cuenten por decenas las heridas abiertas en lo que ya es un cadáver y ha perdido la capacidad de sufrir", lo que según los informes no hay pruebas de que sucediera en este caso de Monzón.
Rokhaya, senegalesa de 42 años, era sorprendida por su expareja sin que pudiera defenderse. Los hechos tenían lugar en el domicilio de la víctima, cuando era acuchillada en presencia de sus hijos, que tenían 4 y 8 años.
La víctima, incapaz de defenderse, cayó al suelo mientras el asesino seguía acometiendo con el cuchillo, acabando con su vida con noventa puñaladas delante de los dos pequeños. Fue una de las hijas la que salió de la casa pidiendo auxilio a una vecina, explicando lo que había sucedido en su casa.
Tras el asesinato, los dos niños eran acogidos por el hermano de Rokhaya que se los llevaba a Cataluña, donde reside. Mamadou Diagne, autor del asesinato y también senegalés, vivía en Binéfar.
