Emotiva despedida de la diócesis de Barbastro-Monzon a su obispo emérito Alfonso Milian
El arzobispo de Zaragoza, 10 obispos, 44 sacerdotes y los alcaldes de Barbastro y Monzón han asistido al sepelio


El Cardenal Arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española, ha presidido este sábado en la Catedral de Barbastro la misa funeral por Alfonso Milián, obispo emérito de Barbastro-Monzón (2004-2014), que falleció este jueves en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza por coronavirus.
Juan José Omella, que fue obispo de la diócesis de Barbastro-Monzón, ha destacado que “Milián era una persona buena y sencilla”, mientras que el actual obispo de la diócesis altoaragonesa, Ángel Pérez, ha señalado que “ha sido su referente como cura y obispo”. En la historia diocesana, Alfonso Milián es el obispo número 50 y el tercero en la reciente de Barbastro-Monzón tras sus antecesores Ambrosio Echebarría y Juan José Omella (1999-2004).
Omella ha estado acompañado por Ángel Pérez, obispo de la diócesis Barbastro-Monzón, el Arzobispo de Zaragoza, Carlos Manuel Escribano, el Arzobispo Emérito de Zaragoza, Vicente Jiménez, 10 obispos y 44 sacerdotes. También han asistido los alcaldes de Barbastro y Monzón, Fernando Torres e Isaac Claver, y el senador Antonio Cosculluela. El secretario canciller, Pedro Escartín, ha leído la historia del prelado Alfonso Milián. En el féretro se han colocado la mitra, el báculo, la casulla y la biblia.
Los restos del prelado han recibido cristiana sepultura en la capilla de los Mártires, donde están los del obispo Florentino Asensio (1936), sacerdotes y religiosos que fueron víctimas de la guerra civil. En su momento, así lo pidió por su condición de emérito, a quien han enterrado en una de las dos sepulturas construidas hace unos años. En la catedral se enterró, también, al obispo emérito Ambrosio Echebarría (1974-1999) que falleció el 6 de diciembre de 2010, cuyo funeral presidió Alfonso Milián. En la catedral hay enterrados 17 obispos desde 1585 hasta 2020.
Juan José Omella ha recordado que las últimas palabras con Alfonso Milián terminaron con un gracias, una palabra de agradecimiento de un hombre sencillo, siempre dispuesto y disponible para ayudar a todos, “si Alfonso pudiera hablar en su sermón ¿que diría?. Y él ya lo dejó escrito "yo en ellos y tu en mi" . Hombre de oración, contemplativo, entregado a todos sin acepción de personas. Ojalá podamos servir todos como sirvió él”.


Su sobrino Jesús ha dado voz a Milián en una hoja que encontró en su escritorio a modo de testamento, “gracias a mi familia, a los sacerdotes que han pasado por mi vida, gracias a todas esas personas que has puesto en mis manos. La diócesis de Barbastro Monzón ha sido mi esposa, el amor de mi corazón. He querido hacer el bien de mis hermanos, vivir para los demás, acepto lo que tengas previsto para mí, intentaré llevar de la mejor de las maneras la ancianidad y la enfermedad. Perdono a aquellos que me han ofendido. Deseo la paz de todos. Quiero un funeral sencillo y rezad por mí”. Carta escrita el 12 de Enero de 2018.
Alfonso Milián fue nombrado Obispo de Barbastro-Monzón el 11 de noviembre de 2004. Tomó posesión de la diócesis el 19 de diciembre de ese mismo año . El 27 de diciembre de 2014 fue nombrado administrador apostólico de Barbastro-Monzón y pasó a ser obispo emérito el 22 de febrero de 2015.


En su etapa diocesana, Alfonso Milián ordenó a tres sacerdotes entre los años 2008-2012 y una virgen consagrada, en 2013. Se aprobaron los nuevos estatutos de Cáritas Diocesana Barbastro-Monzón, gestionó la llegada de los monjes del Instituto del Verbo Encarnado al monasterio de El Pueyo, el 30 de octubre de 2009. La inauguración y apertura del Museo Diocesano de Barbastro-Monzón y oficinas de la curia, el 15 de diciembre de 2010; en octubre de 2013 asistió a la beatificación de los Mártires Benedictinos de El Pueyo cuyo proceso inició el obispo Ambrosio Echebarría; en aquella ceremonia beatificaron, también a los curetas de Monzón, José Nadal y José Jordán, cuyos restos reposan en la catedral de Monzón.
Milián tuvo una relación de mucha fluidez con las cofradías penitenciales de Barbastro de la que salieron iniciativas como la primera procesión del Encuentro Glorioso, en domingo de Pascual recuperada desde 1918. Además apoyó, en Ciudad Real, la candidatura para organizar el XXIII Encuentro Nacional de Cofradías que se celebró en Barbastro en 2010 y un año más tarde fue Pregonero de la Semana Santa.
LITIGIO DE LOS BIENES RELIGIOSOS
Alfonso Milián trabajó mucho por el regreso de las 111 obras de arte a la diócesis de Barbastro-Monzón. Tras el Decreto Definitivo de la Signatura Apostólica de 28 de abril de 2007 firmó con el Administrador Apostólico de la Diócesis de Lérida, Xavier Salinas, en la Nunciatura, el primero de dos acuerdos entre las Diócesis sobre la devolución del patrimonio en junio de 2008. Dos años más tarde firmó otro similar con el obispo Joan Piris que nunca se cumplieron. Milián siempre reclamó, en diez años, la propiedad de las 111 obras de arte de las parroquias aragonesas.
Juan José Omella muestra su dolor por el fallecimiento de Damián Iguacen y Alfonso Milián obispos eméritos de Tenerife y Barbastro-Monzón
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, muestra su dolor ante la pérdida de estos dos obispos eméritos con los que tenía una “muy buena relación. “Nos duele por estas dos personas, tan buenas personas y pastores, como eran Damián Iguacen y Alfonso Milián que se hacían de querer, ambos eran muy queridos y muy sencillos”.
Omella precisamente participaba este jueves en la misa funeral de Iguacen y parafraseaba al actual obispo de Huesca y Jaca, Julián Ruiz Martorell, que en la homilía por el obispo emérito de Tenerife destacaba que Iguacen decía ser “el último y el servidor de todos”. “Qué bonito su lema episcopal, esto también se puede aplicar a Alfonso Milián. Llevaba entrañablemente a Barbastro y Monzón en el corazón, siempre que nos veíamos me recordaba cosas de Barbastro y Monzón.
“Me duele mucho perderlos a los dos pero sé que ellos entran en el gozo y la alegría del reino de los cielos”. Esto me recuerda un viejo refrán que dice “cuando uno nace llorando todos ríen y cuando uno muere todos lloran y él ríe porque entra en la vida y la paz”, concluía Omella que también estará presente en el último adiós al obispo emérito de Barbastro-Monzón.
El actual obispo de la diócesis Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, destaca la bondad y la cercanía de Milián
Una noticia que tocaba el corazón del actual obispo de la diócesis Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, que conoció a Alfonso Milián cuando era seminarista en Ejea. “Siempre ha sido un referente y modelo como cura y obispo”, ha asegurado Pérez con la voz rota ante el fallecimiento de su predecesor del que ha destacado su bondad natural y sencillez y humildad. “Siempre estaba cuando se le buscaba, cuando se le necesitaba sabía estar”, ha continuado Ángel Pérez que además recuerda lo cerca que estuvo siempre cerca de su diócesis y sus feligreses, una diócesis “a la que le ha entregado lo mejor”.
“Era un pastor rural, cura de pueblo y el cura en el corazón de todos sus feligreses”, ha concluido el actual obispo muy afectado por esta triste noticia que cogía por sorpresa a una diócesis que enterraba este jueves a su obispo emérito, Damián Iguacen y que hará lo propio con los restos de Alfonso Milián que reposan en la Catedral de Barbastro donde espera hacerlo también Ángel Pérez.
Alfonso Milián nació en la localidad turolense de La Cuba el 5 de enero de 1939. Fue ordenado sacerdote el 25 de marzo de 1962 y ordenado Obispo auxiliar de Zaragoza en la Basilica del Pilar el 3 de diciembre de 2000. Milián era licenciado en Teología Cataquética por la Facultad de Teología de San Dámaso( Madrid). Trabajó en parroquias rurales de la Diócesis, así como también en la capital. Fue delegado de Cáritas, consiliario diocesano del movimiento junior, delegado diocesano de apostolado seglar y de pastoral vocacional y consiliario de Manos Unidas.


Entre 1982 y 1990 fue Vicario Episcopal de la Vicaria IV y desde 1996 Vicario de la Vicaría II. Perteneció a a la Comisión Episcopal de Pastoral Social y fue el Obispo Delegado de Cáritas Nacional. En Aragón tuvo encomendada la misión de acompañar a Cáritas Regional y a la Comisión Regional de Misiones. Fue también Consiliario de Manos Unidas para Zaragoza.




