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Juego de tronos contó con piezas de decorado realizadas en Huesca

Una vez que, esta semana, ha finalizado la emisión de la 7ª temporada de Juego de Tronos, se ha podido dar a conocer que las empresas oscenses Tecmolde y Shu Digital han trabajado para el departamento de arte, construyendo cuatro calaveras de enormes dragones, de 7 metros de largo por 2 de alto, que aparecieron en los capítulos 4 y 5. Estrictos contratos de confidencialidad les habían impedido hacer pública esta importante noticia, dada la trascendencia mundial de esta serie.

La directora ejecutiva de Shu Digital, Irene Luzán, explicaba que el departamento de arte de la productora de Juego de Tronos se puso en contacto con ellos, y les enviaron los modelos 3D, con los que en Huesca se empezó a trabajar, primero en la impresión y, posteriormente, en el modelado y esculpido.

En Shu Digital se hizo una primera impresión en 3D, a pequeña escala para comprobar las proporciones. El archivo se envió a Tecmolde donde, con la tecnología que utilizan, de robots de mecanizado y fresadoras, construyeron el bruto de las calaveras de los dragones. Tras ello llegó el equipo humano, con escultores y pintores, que terminaron de tallar, y de dar los detalles, como las vetas de envejecido, que los hacían más reales.

Tecmolde trabajó, como siempre, con su material, poliestireno. Pero en esta ocasión, para el acabado final, se hizo una proyección con una capa muy fina de yeso, que sirvió para dar la textura de hueso envejecido, imitando a la perfección el marfil.

Los capítulos en los que se utilizaron estas cuatro piezas realizadas en Huesca, se rodaron en Sevilla. Para hacerlas fue necesario el trabajo de unas 15 personas durante quince días. Su enorme tamaño queda de manifiesto, puesto que los actores pasan por delante de ellos en diversas escenas, y se puede rererenciar la dimensión que tienen.

El trabajo con la productora de Juego de Tronos, serie de éxito mundial, abre una puerta importantísima para Shu Digital y Tecmolde. Recuerdan que en aquel momento tenían mucho trabajo, puesto que estaban con la primera parte de Ferrari Lanz. Pero valoraron la importancia de entrar a participar en este proyecto, como parte de una serie de éxito mundial, que cuenta además con un público muy variado.

Las dos empresas oscenses han tenido que trabajar con contratos de confidencialidad muy exigentes, que no les permitían contar nada de su trabajo. Sólo ahora, con la temporada finalizada, se ha podido hacer público.