Las mujeres de Salas Altas, protagonistas en Radio Barbastro Aínsa SER Aragón Oriental
Las mujeres de Salas Altas hablan del pasado, presente y futuro de un municipio que quiere seguir siendo el hogar de todas ellas sin merma de derechos
La población de Salas Altas se ubica bajo la sombra protectora de la sierra de la Candelera. Una sombra larga que cae sobre una llanura en la que se aprovecha la fertilidad para contar con un gran acopio de cultivos: el olivo, el almendro, el cereal y la viña.
Un producto interior bruto que va de la mano con otro de los fundamentos básicos para generar economía y también vida, su capital humano. En especial sus mujeres que son protagonistas en este nuevo programa de “En Femenino puede Ser”.
Nombres propios como: Isabel Lisa, alcaldesa de Salas Altas, Pili Lisa, del Grupo de Estudios de Salas Altas, Mari Carmen Serrato de la Asociación de Mujeres y Belén Lacoma, una de sus vecinas más insignes que ha sido la ganadora del concurso de Microrelatos sobre violencia de género organizado por el Gobierno de Aragón con la colaboración del Instituto Aragonés de la Juventud. También compartimos testimonio con dos de sus vecinas, Rosa Bellostas y Delfina Cuello. Cerrando el plantel está la más joven, otra Lisa, en este caso Lara que con sus 14 años es el nuevo relevo generacional, una chica guerrera, cazadora y que tiene claro que el futuro pasa por quedarse en su pueblo.
Cada una tiene un papel diferenciado empezando por la primer edil, Isabel Lisa, que sigue vinculada con el sector primario en su profesión y al pueblo ocupando el sillón consistorial. Varias mujeres han puesto el femenino a la palabra alcalde y se han encargado de la gestión municipal y del bienestar de todos los vecinos con una pequeña cartera de servicios bien dotada.
Asentar población, más población, es uno de los retos de Isabel Lisa que ahora pondrá en marcha un nuevo plan de ordenación para que la falta de vivienda no sea un impedimento. Incentivar el alquiler, fomentar la venta y uso de solares vacíos son las acciones a llevar a cabo para garantizar que vivir en Salas Altas sea del todo posible.
“Quiero que mi sobrina se quede a vivir en Salas y quiero que mi hijo también pueda hacerlo con todas las garantías y con los mismos servicios que en otros municipios más grandes”, así de claro lo deja Pili Lisa que es una de almas mater del Grupo de Estudios de Salas Altas. Un foro y grupo de trabajo basado en la investigación y difusión del patrimonio natural, social, histórico de este pueblo en el que ya tienen casi un libro para todo, para todo aquello que tiene Salas Altas.
El futuro no será posible sin el presente, pero tampoco sin el pasado y el trabajo de las mujeres de antes, aquellas que ayudaban a la economía de la familia, la mujer rural que criaba hijos iba a la granja, ayudaba en el huerto y también en la cosecha. Testimonio que prestan Rosa Bellostas y Delfina Cuello.
Los pequeños pueblos son grandes familias que animan a asociarse y a ayudarse. A estar pendiente de los que viven en una misma calle. Esa labor la centraliza una Asociación de Mujeres que cumple 25 años de vida, de incentivos a la vida rural, de ayuda a la mujer y a las familias. “Hemos trabajado mucho, pero desde aquí y ahora pido que las jóvenes nos tomen el relevo y aporten cosas nuevas”, asegura Mari Carmen Serrato que destaca también la labor solidaria que se ha realizado desde esta asociación primero con la edición de calendarios y lo más reciente, la venta de mascarillas.
Belén y Lara son parte del futuro de Salas Altas. Mujeres jóvenes que han echado raíz en el municipio y que en el caso de Belén Lacoma la han visto crecer hasta que fue a estudiar y trabajar fuera. Una niña que escribía para ella y que la primera vez que lo hacía para todos ganaba el premio de Microrelatos sobre violencia de género, concurso organizado por el Gobierno de Aragón. Lacoma añade que la violencia de género es a veces poco visible en el mundo rural pero que se torna visible cuando ajustamos la visión y nos hacemos más sensibles a lo que se conoce como micromachismos.
El claro de ejemplo de futuro lo pone Lara con 14 años que es feliz en Salas Altas, con sus amigos, con sus actividades como la caza. La joven forma parte de la asociación de cazadores, con ellos realiza todas las actividades que conlleva su práctica, sabe que se irá fuera para estudiar pero volverá para vivir, es posible que trabaje fuera pero volverá todos los días porque vivir en Salas Altas es algo irrenunciable.