Los niños son los más inmunes al coronavirus
De momento, en el Hospital San Jorge no ha habido ningún infante ingresado con la enfermedad
Desde el área de Pediatría del Hospital San Jorge constatan que los niños son el perfil más inmune al coronavirus. Jorge García, pediatra en ese centro hospitalario oscense, explica que los más pequeños prácticamente no tienen síntomas o son muy leves, y eso es gracias a que tienen más desarrollados los llamados "inmunógenos", es decir, una sustancia que tiene la capacidad de inducir una respuesta inmunitaria específica en nuestro cuerpo.
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Lo que no está claro, según García, es si son transmisores o contagiadores del Covid-19. Por eso, dice, la contención en los hogares se ha extendido a toda la población, incluso a los niños, "a pesar de que sea una situación insostenible para los que viven en casas pequeñas o sin jardín".
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El problema, dice el pediatra, "no es que los niños enfermen, sino que salgan al parque y toquen columpios, bancos y otras zonas donde el virus puede permanecer varios días. Podría ser peligroso". Aún así, García es partidario de dejar salir a los infantes a dar un paseo de vez en cuando, ya que, añade que "sería una estrategia de escalada muy saludable para ellos".
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En cuanto a la cuestión de si una embarazada puede contagiarle a su bebé el virus, García dice que no. Argumenta que no se ha comprobado que haya una transmisión vertical, esto es, a través de la placenta. Por contra, añade que si la madre ha tenido coronavirus durante el embarazo, ha desarrollado unos anticuerpos que le ha transmitido al bebé, y eso lo hace inmune a la enfermedad durante al menos los cuatro o cinco meses siguientes a su nacimiento.
Por tanto, salvo que la madre contraiga el coronavirus durante el parto o se lo contagie al bebé días después al nacimiento estando en contacto con él, García dice que no hay peligro de contagio durante el embarazo.
Por el momento, dice, no han tenido ningún caso de una embarazada contagiada en el Hospital San Jorge. Si se dieran las circunstancias, se activaría el protocolo correspondiente, que consiste en que la madre pueda seguir en contacto con el niño. Se permitiría la lactancia, si la madre lo desea, siempre con mascarilla y lavado de manos, y solamente se aislaría al recién nacido en caso de que la madre presente síntomas graves.
