Más de 250 jugadores se dieron cita en Monzón en el encuentro de escuelas de rugby de Aragón y Cataluña

Los participantes llegaron del Fénix, Tarazona, Universitario, Bajo Aragón, L’Hospitalet y Manresa. Todos dispuestos a disfrutar de un día de convivencia y rugby en el magnífico enclave que es el campo de los Sotos. A las 11h los partidos comenzaron en casi todas las categorías; desde los más peques de sub-6, hasta los sub-12. Gracias a que los tamaños de sus campos de juego son más reducidos, se dieron hasta 6 partidos simultáneos.

Las liguillas se fueron sucediendo con normalidad. Es complicado decir los resultados de los partidos de estas categorías, pero es que, además, en el rugby carecen de bastante importancia en categorías inferiores. Se prima mucho más el aprendizaje de las distintas habilidades y los valores dentro del campo. Así, tras dos horas de rugby, llegó el turno de los sub- 14, una categoría que ya juega casi a campo completo y en la que el juego es muy similar al de los seniors.

Tras los partidos, se procedió al conocido tercer tiempo, en el que todos los jugadores y jugadoras se llevaron su plato de comida para disfrutarlo en el entorno de los Sotos mientras pudieron disfrutar del partido de los mayores.

Derrota del QRC ante INEF Lleida en la División de Honor Catalana

El pasado sábado también se enfrentaron en el campo de los Sotos el Quebrantahuesos Rugby y el INEF Lleida. La temporada está siendo dura para los altoaragoneses, y el derbi del “ponent” no llegaba en el mejor momento, con varias bajas sensibles y un equipo muy justo de efectivos. Por el contrario, los “verdigrogos” venían de un momento de expansión, con dos equipos senior y mucha juventud entre sus filas.

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Cualquiera que conozco las bases de la simbología china conoce los conceptos de yin y yang, dos fuerzas que se oponen y complementan entre sí (funcionado como una sola). En el rugby de la franja INEF y QRC son el yin y el yang; los primeros de juego eléctrico a la mano, con tres cuartos muy móviles y potentes en el juego desestructurado; los segundos potentes en las fases estáticas y en el juego estructurado. Esas dos formas de enfocar “the great game” se vieron las caras en los Sotos, bajo un día soleado y un ambiente excepcional.

El intercambio de golpes lo comenzó el QRC, con un ensayo marca de la casa, empuje de melé, y tras un par de golpes de castigo por infracción de los visitantes, ensayo al canto. Era el minuto 5 y los lleidatans ya se daban cuanta que el partido no iba a ser un camino de rosas para ellos. En el minuto 14, una buena asociación entre la zaga visitante y la falta de contundencia defensiva local desembocó en la marca del Lleida, que igualaba el marcador. El intercambio de golpes se sucedía, y tras cada ensayo de melé del quebranta (min 21 y 30), les sucedió la respuesta del Lleida (min 26 y 36). Un primer tiempo muy intenso acabó con un nuevo ensayo visitante que dejaba el parcial en 21-24. Quedaba toda una segunda parte por jugar, pero la delantera quebranta que había estado sosteniendo al equipo toda la primera parte, mostraba visos de agotamiento, los tres cuartos no acababan de reaccionar y el Lleida aprovechó la oportunidad apretando los primeros 10 minutos, alejándose en el marcador con dos ensayos más en lo que sería a la postre el definitivo 21-38 (min 50).

El Quebrantahuesos había pagado caras las ocasiones desaprovechadas el primer tiempo y la tibieza al subir a la presión en defensa. La distancia se antojaba imposible de recortar, y quizás gracias a eso, el equipo empezó a liberarse del anquilosamiento y los nervios, subió en intensidad defensiva y recuperó la posesión del balón. El Lleida agarró el guante y los últimos 30 minutos fue una sucesión de buen juego por las dos partes, equilibrado y entretenido de ver, una vez más el yin y el yang se entrelazaban en un baile eterno para el deleite del rugby amateur. El partido murió en campo visitante tras una acometida del quebrantahuesos que estuvo a punto de acabar en ensayo, finalmente bien defendida sobre la línea de marca por un entregado Lleida que se ganó el tercer tiempo. Al final, el equipo acabó con la sensación de haber competido, pero con la certeza de haber obtenido un mejor resultado si esa vitalidad de los últimos minutos se hubiera mantenido durante todo el partido.

Quedan solo tres partidos para demostrar que el QRC se merece estar en la máxima división catalana; el próximo partido, ya como visitante, será en la Teixonera, feudo del todopoderoso Barça, en su versión blau.