Miles de oscenses visitan a sus difuntos en el día de Todos los Santos
El ir y venir de personas llenaba de flores los cementerios para recordar a sus seres queridos en un día muy emotivo
Como cada 1 de noviembre, miles de personas visitaban los cementerios de toda la provincia para adornar las lápidas y las tumbas en los camposantos y recordarles como se merecen en la festividad de Todos los Santos. El cielo nublado no amenazaba con descargar lluvia que ahogara el cumplimiento de la tradición, por lo que los oscenses y altoaragoneses iban a lo largo de la mañana de forma progresiva a los cementerios. En la capital oscense, era un día muy especial como señalaba el alcalde de la ciudad, un momento también especial para homenajear a los fallecidos en la guerra civil.
Luis Felipe, alcalde de Huesca
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En el camposanto de la capital oscense se han invertido 220.000 euros a lo largo de este año en el mantenimiento y conservación del mismo y en la construcción de un bloque de 216 nichos. El próximo 2020 la previsión es construir otro bloque con las mismas características, según explicaba el concejal responsable del área, Roberto Cacho.
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El proyecto que se planteó en su momento de un segundo crematorio, no obstante, queda pendiente de estudio pero la creación de servicios en Sabiñánigo y en Monzón ha reducido la demanda en Huesca a lo largo del último año.
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En el caso del cementerio de Huesca, a las 11 y media de la mañana, una representación del ayuntamiento de Huesca ha visitado el Cementerio Municipal, participando en el homenaje que se realiza a los difuntos. Tanto la corporación como numerosos oscenses visitaban las tumbas de los capitanes, Fermín Galán en el cementerio civil, y García Hernández en el cementerio católico. El alcalde, acompañado por varios concejales, así como el responsable de la Policía Local, lanzaban pétalos de rosas sobre el osario, donde descansan oscenses desconocidos.
En su recorrido por el camposanto también rendían su particular homenaje visitando las tumbas de personajes ilustres de Huesca. Depositaban una corona de flores en la Cruz de los Caídos, y se acercaban hasta la tumba donde reposan los restos del alcalde de Huesca Mariano Carderera, de Mariano Santamaría, primer teniente de alcalde, Manuel Sender, exalcalde y concejal, y Miguel Saura, empleado municipal, además de obrero y sindicalista. Todos ellos fueron fusilados el 13 de agosto de 1936.
Posteriormente, pasadas las 12, visitaban el cementerio de las Mártires, y realizaban una ofrenda floral junto a la delegación del ayuntamiento de Ejea de los Caballeros, que como cada año acudía a rendir homenaje al republicano Manuel Abad y sus compañeros republicanos, depositando una corona de flores ante el monolito que, en su memoria, se levanta en dicho cementerio.
La figura de Manuel Abad ha sido muy importante en la historia de las Cinco Villas por su defensa de la libertad. Abad, al mando de una facción republicana, protagonizó un levantamiento revolucionario, en 1848, en Ejea. Posteriormente llegó a Huesca y de aquí a Siétamo, donde la facción fue reducida por las tropas gubernativas. Los protagonistas de la insurrección fueron fusilados en las afueras de Huesca, los días 5 y 7 de noviembre. En 1885, por suscripción popular y aportación del ayuntamiento de Huesca, se levantó un pequeño mausoleo en el Cementerio de las Mártires, para honrar la memoria de la partida republicana de las Cinco Villas.
