‘No es fácil reinventarse porque la actividad en la montaña hay que hacerla, sentirla y disfrutarla’

Desde hace algunas semanas, la crisis del coronavirus y el escenario que va a quedar, una vez superada la crisis sanitaria, ha hecho que verbos como ‘adaptarse’ o ‘reinventarse’ se hayan hecho sitio dentro del listado de palabras que más usamos a diario para referirnos al futuro. Aunque haya sectores o profesiones, como, por ejemplo, la de los guías de montaña para los que no sea fácil su aplicación.

¿Qué hay que reinventar?, ¿la forma de salir a la montaña?, se preguntan. No es fácil adaptarse a esa ‘nueva normalidad’ dice Chemary Carrera, guía de montaña del valle de Benasque porque ‘la actividad se tiene que hacer, se tiene que vivir, disfrutar o sufrir’.

Los guías de montaña llevan ‘parados’ desde que a mediados de marzo se decretara el estado de alarma. La temporada invernal concluyó de manera inesperada, la actividad de primavera está toda anulada y miran con incertidumbre al verano porque las primeras ascensiones de junio también se han caído de su agenda de trabajo.

En la columna de cuestiones que preocupa a este sector figura la forma física de sus clientes tras tantas semanas recluidos, y también si la gente se va a poder permitir extras cono es realizar una actividad en la naturaleza y, además, hacerlo acompañado por un profesional que es ‘un extra dentro del extra’. En el lado positivo de la balanza, hay que situar, decía Carrera, el alto porcentaje de fidelidad de los clientes.

Ha habido ya contactos y llamadas con la Asociación Española de Guías de Montaña y con profesionales que operan en países como Francia o Italia para hablar acerca de protocolos o medidas que habrá que implementar para que, en cuanto se pueda retomar la actividad, se tenga claro cómo se tiene que proceder, si se van a poder realizar travesías o trekking q en los que haya que usar refugios de uno y otro lado de la cordillera pirenaica o si los guías del valle que pasan parte del verano trabajando en Alpes van a poder hacerlo.

De lo que no hay duda es que, si pueden trabajar, va ser, en su mayoría con turismo nacional y tienen claro que si se regula la cantidad de aforo en los establecimientos eso también va a regular la cantidad de gente en una cima como, por ejemplo, la del Aneto.

De cualquier manera, dice Chemary Carrera habrá que esperar a salir del estado de alarma a finales de junio y confiar en la ilusión y las ganas de hacer cosas de la gente.