Sallent ha recordado a sus dos guardias civiles asesinados por ETA
Irene Fernández y José Ángel de Jesús murieron el 20 de agosto de hace 20 años cuando se disponían a iniciar su servicio a las 6.10 horas


En esta ocasión adaptándose a las actuales normas de seguridad sanitaria por el coronavirus, Sallent de Gállego, con sus vecinos y familiares han vuelto a recordar a los guardias civiles Irene Fernández Perea de 32 años y José Ángel de Jesús Encinas de 22 años, que murieron en un atentado perpetrado por la banda terrorista ETA el día 20 de agosto de 2000.
El homenaje ha consistido como en los pasados años con una misa oficiada en la iglesia Nuestra Señora de la Asunción, que para guardar las distancias solo ha contado en esta ocasión con el Obispo de la Diócesis Jaca-Huesca Julián Ruíz, que ha presidido la ceremonia y los sacerdotes Luis Alberto Remón, cura párroco de la localidad y el de la Iglesia de Cristo Rey de Sabiñánigo. José Manuel Pérez.
Junto a los padres de los dos guardias civiles ha estado el alcalde de la localidad Jesús Gericó y compañeros de armas. Una vez concluido el acto religioso se ha llevado a cabo en recuerdo a estos dos miembros del Instituto Armado con una ofrenda floral en la plaza en la que ocurrió el atentado, junto al cuartel entonces de la Guardia Civil, en la que hace 10 años fue descubierta una placa con el nombre de los dos agentes. En ambos actos se ha determinado el estar en grupos a fines y separados.
Irene y José Ángel murieron como consecuencia de una bomba-lapa colocada en los bajos del coche oficial en el que se disponían a iniciar su ronda diaria a las 06.10 horas de la madrugada. El cuerpo de la mujer salió despedido a diez metros del lugar de la explosión, murió en el acto, mientras que su compañero de patrulla, falleció mientras era trasladado en ambulancia hasta el Hospital Provincial San Jorge de Huesca. El artefacto estaba provisto de un temporizador, un dispositivo antimovimiento y tres kilos de dinamita.




