Una encuesta de los colegios de enfermería concluye que siete de cada diez dicen haber trabajado sin protección
Suspenden la actuación de los gobiernos central y regionales, que en el caso de Aragón se sitúa en una nota de 3’64 sobre 10


La Organización Colegial de Enfermería ha dado a conocer la encuesta que ha involucrado a 11.000 profesionales durante este periodo de pandemia. Los resultados refrendan la percepción general de que los profesionales sanitarios no han contado con los más elementales equipos de protección contra el virus, lo que podría explicar el alto volumen de sanitarios contagiados en nuestro país, considera la organización. Según los datos oficiales, un total de 31.788 profesionales sanitarios (15,57% del total de casos positivos) han resultado infectados desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, extrapolando las respuestas de la encuesta de la Organización Colegial de Enfermería, casi de 74.000 enfermeras/os han presentado síntomas compatibles con COVID sin confirmar si han tenido o no la enfermedad por la ausencia de test de diagnóstico. Por otra parte, de los enfermeros encuestados a los que sí se les ha hecho la correspondiente prueba (sólo al 23%), prácticamente una tercera parte –un 30,2%- ha sido certificado como caso positivo. El 5% incluso ha tenido que trabajar con síntomas, aseguran.
En cuanto a la realización de test a profesionales, Cantabria, La Rioja, Madrid y Cataluña son las comunidades donde más profesionales dicen haberse sometido a dicha prueba. En Aragón el porcentaje es del 16%, de los que un 17’6% dieron positivo en la prueba PCR.
Material de seguridad
Las enfermeras reportan que en su mayoría han sido víctimas de la escasez de materiales de protección. Así, a pesar del tiempo transcurrido desde el inicio de la pandemia, el 72,1% considera que las profesionales trabajan con poco o ningún material de protección. No obstante, si consideráramos sólo los 2 o 3 últimos días, de respuesta a la encuesta, el porcentaje de “poco” y “nada” experimentaría una mínima reducción manteniéndose en un 69,2%.
En cuanto al material de seguridad específico: el 74% de los encuestados asegura que en su unidad no ha habido mascarillas, en 55% reporta carencia de monos o trajes completos y la mitad afirma no tener a su disposición una simple bata. Siete de cada diez piensan que se ha trabajado sin protección.
Por Comunidades Autónomas, Extremadura, Andalucía, Aragón y Castilla-La Mancha son las que mayores carencias de equipos de protección han sufrido, según la opinión de las enfermeras.
“Llevamos muchas semanas denunciando que las compañeras estaban enfrentándose a este agente infeccioso sin mascarillas ni trajes, con elementos fabricados por ellas mismas con plásticos o bolsas de basura, con cualquier elemento que hiciera de barrera. Esta encuesta corrobora sus quejas, que han sido clamores en el desierto, porque cuando han llegado por fin los equipos de protección lo han hecho de forma desigual y para colmo incluso algunas mascarillas no ofrecían el nivel de protección mínimo. Ha sido un desastre y se ha multiplicado el número de contagios, lo que se ha traducido en dejar fuera de la asistencia a demasiados compañeros que hubieran podido salvar muchas vidas de haber contado con los equipos que merecían y no sacrificarse y arriesgar su salud y la de sus allegados”, asegura el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya.
Otra de las conclusiones de la investigación demoscópica es que los profesionales no han recibido una formación específica adecuada sobre cómo atender a un paciente con COVID-19, algo que comparte el 76% de las enfermeras.
La encuesta también ha analizado entre las enfermeras el impacto psicológico que la pandemia por COVID-19 está teniendo en todas ellas. Los resultados ponen de manifiesto que su trabajo asistencial está teniendo importantes consecuencias al respecto porque el 80,2% de los profesionales reconoce que la pandemia le ha afectado mucho o bastante.
Por otra parte, se ha preguntado en la encuesta una valoración numérica del 0 al 10 de las actuaciones del Ejecutivo Central y su Comunidad Autónoma. Los resultados reflejan una puntuación del 3,3 para el Gobierno de Pedro Sánchez y un 3,97 de media para los distintos gobiernos regionales a nivel general, que en el caso de Aragón se sitúa en un 3’64.




