"Si no pagas, te cortamos la luz": la estafa de cinco asturianos a diez hosteleros de Zamora

Asturias

"Si no pagas, te cortamos la luz". Con esa amenaza de por medio y la premura por solucionar el problema para no quedarse sin suministro eléctrico en su negocio de hostelería, diez empresarios de Zamora han sido víctimas de una estafa por la que se investiga a cinco personas en Asturias como supuestas autoras.

Nueve de los hosteleros denunciantes llegaron a abonar a través de ingresos en cuentas bancarias cantidades que suman más de 18.000 euros ante la advertencia que les realizaba telefónicamente una persona que se hacía pasar por comercial de la compañía eléctrica con la que tenían contratado el suministro.

La Guardia Civil ha informado de la investigación judicial a las cinco personas, tres hombres y dos mujeres de Gijón, como presuntos autores de las estafas cometidas en junio del año pasado y en los meses de febrero, marzo y abril de este año. El supuesto ideólogo de las estafas, también encargado de realizar las llamadas telefónicas, recibía el dinero a través de cuentas bancarias de intermediarios a los que también utilizaba como titulares de los teléfonos desde los que llamaba.

Se trata de un hombre de 30 años natural de Asturias al que le constan numerosos antecedentes policiales y judiciales por hechos similares. Al parecer, hacía las llamadas telefónicas en las que informaba a los hosteleros de que había una factura pendiente de pago y que si no era abonada inmediatamente a través de una transferencia bancaria se procedería al corte del suministro eléctrico.

La Guardia Civil ha constatado que además de los diez establecimientos hosteleros denunciantes, de los que en un solo caso la estafa no llegó a consumarse y fue en grado de tentativa, existen otros negocios de hostelería de la provincia a los que llamaron y no cayeron en el engaño. Por ello, los agentes sospechan que pueda haber más casos de afectados y han pedido que quienes hayan sido víctimas de ese tipo de estafas lo denuncien o lo comuniquen al Instituto armado.

Los colaboradores con el principal investigado facilitaban líneas de teléfono y las cuentas bancarias en las que se recibían las transferencias, cuyo importe era luego extraído para entregárselo al hombre que se hacía pasar por comercial de la compañía eléctrica.