Los asturianos dicen adiós a su arzobispo más querido

Los asturianos rinden homenaje a Gabino Díaz Merchán. Su capilla ardiente ha quedado abierta en la antigua capilla del Palacio Arzobispal. Mañana viernes tendrá lugar el funeral en la vecina Catedral, donde además descansarán sus restos, según su deseo expreso a los pies de la Virgen de Covadonga. Hasta el templo será trasladado su féretro tras el cierre de la capilla ardiente por la que está desfilando un goteo constante de personas, sin aglomeraciones, pero de forma continua. En las primeras horas, fueron casi a partes iguales, religiosos y seglares. Las primeras en entrar fueron un grupo de trabajadoras de la Casa Sacerdotal, donde residió los últimos años, o algún colaborador íntimo, como Luis Romero Jiménez, todos ellos muy afectados, y pensando que iba a hacerse extraño no verle por la casa. También estuvo desde el primer momento de la apertura de la capilla ardiente el actual Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, quien confirmó la asistencia al funeral del cardenal Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española. Muchos han sido los antiguos colaboradores del prelado que no quisieron faltar a su última cita con él. Es el caso del ex rector del Seminario y catedrático, Javier Fernández Conde, o su fiel José Emilio, que durante años fue su responsable de comunicación. Ambos recordaron uno de sus momentos más difíciles, cuando aprobó las conclusiones de la asamblea del clero a finales de los años 70 del pasado siglo, muy críticas con la línea de Juan Pablo II, y que Díaz Merchán remitió al Vaticano. Es probable que ese episodio le haya impedido llegar a cardenal incluso, han opinado. Entre los madrugadores ha estado también su sucesor al frente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Blázquez, quien le puso como ejemplo del tratamiento a la Memoria Histórica, como hizo también la delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa. La capilla ardiente permanecerá abierta durante toda la jornada y mañana viernes se celebrará, a las once de la mañana, el funeral en la Catedral de Oviedo, donde será enterrado en la capilla de la Virgen de Covadonga, a los pies de la Santina, ante quien, en Covadonga, celebró su primera misa cuando llegó a Asturias en 1969.