Mutitaa, el último proyecto en el que participa Kike Figaredo en Camboya llega a Gijón

Gijón

El gijonés regresa, siempre que puede, a su ciudad natal. En esta ocasión ha aprovechado su estancia vacacional para presentar en Gijón los productos textiles que fabrican en el centro de producción que el sacerdote puso en marcha hace 10 años.

Los Mutitaa, jerseys y bufandas, son producidos por la Asociación Textil de Battambang para gente con diversidad funcional en una fábrica textil creada en Camboya en 2012. Esta empresa social ofrece oportunidades de formación y empleo de calidad y un entorno laboral inclusivo a personas con discapacidades físicas y en riesgo de exclusión social integrado en los proyectos socioeconómicos que apoya la ONG Sauce.

El centro de producción textil es una iniciativa conjunta de la empresa familiar española Ibercotton, encabezada por Vicente Laborda y sus hijos que ha aportado asesoramiento técnico y su profundo conocimiento de la industria textil en Camboya y la Prefectura Apostólica de Battambang, bajo el liderazgo de Kike Figaredo, que provee al centro textil de la estructura de gestión, voluntarios, terreno y fondos de distintos donantes tanto privados como institucionales, caso del Ayuntamiento de Gijón o Manos Unidas).

"Ahora somos un poco más independientes y para ello hemos conseguido una marca propia que se produce en este centro textil" ha asegurado el sacerdote. "Producimos unos jerseys muy sencillos, pero de muy buena calidad", ha explicado en los estudios de SER Gijón junto a Cristina González-Felgueroso, coordinadora del equipo de voluntarios y responsable de los diseños. Felgueroso, con amplia experiencia en el sector, destaca el significado del nombre en camboyano de esta marca de punto: "'Mutitaa' es alegrase por las cosas buenas que les pasan a los demás". La diseñadora ha subrayado además su lema 'Tejemos historias que transforman vidas' porque "la marca cambia la vida de sus trabajadores discapacitados, de los que no los son y la de todos los voluntarios". Figaredo ha remarcado que "una persona que se supone discapacitada es muchas veces la que da los ingresos a la familia y, además, los más estables" algo de lo que están tremendamente orgullosos.

De Battanbang a Gijón

El centro textil ha pasado de un pequeño taller con ocho empleados y máquinas manuales en un edificio de madera, ha profesionalizarse, crecer progresivamente durante los últimos ochos años y convertirse en un centro productivo industrial integrado, capaz de competir en el sector textil de Camboya. Ha proporcionado empleo y formación a 125 personas simultáneamente, el 40% con discapacidad. Precisamente en este colectivo acaban de introducir gente con problemas intelectuales.

"Tendrán ciertas disfunciones pero tienen muchas capacidades", ha subrayado Figaredo y "cuando trabajan junto con otros con los que hay química son personas muy trabajadores entregadas y muy felices porque ven que sus capacidades son valoradas, así ganan dinero y pueden ayudar a sus familias", lo que se traduce en progreso para todo el entorno. Figaredo destaca la dignidad que supone para estas personas trabajar en equipo ya que "es muy bonito ver cómo es la entrada y la salida del centro textil. Algunos van con sus sillas de ruedas o muletas, pero todos muy contentos porque están haciendo arte". El prefecto de Battanbang ha insistido en la importancia del proyecto: "Es un buque insignia que nos permite hablar de la gente, una artesanía que para mí es una joya y me siento muy orgulloso. Hace que tengamos una visibilidad que llega hasta aquí y puedo traer a mi Gijón la producción que nace en Battanbang".