Jorge Álvarez: "Si alineamos las aspirinas generadas con el producto hecho en Asturias cubriríamos 20 veces la distancia a la luna"

Asturias

El ovetense Jorge Álvarez salió de la facultad de Química en Oviedo y se incorporó como becario a la planta que la multinacional alemana Bayer tiene en Lada (Langreo). Desde hace cinco años, es el director de una fábrica que acaba de cumplir ocho décadas y que es un referente mundial para la compañía. ¿El principal motivo? En Asturias se fabrica desde 1942 el ácido acetilsalicílico, principio activo de la aspirina. "Calculando la cantidad de producto que se ha fabricado en estos ochenta años y llevado a comprimidos de aspirina, si los pusiéramos en línea, cubriríamos unas veinte veces la distancia entre la tierra y la luna", ha explicado en La Ventana de Asturias.

Hace 80 años que comenzó a producir un principio activo gracias a la actividad industrial de la comarca. Como ha apuntado Jorge Álvarez, "la actividad minera y la siderurgia comprobaron que generaban subproductos que se podrían aprovechar para otras actividades y así fue como, sin llamarlo economía circular, se empezó a fabricar el ácido acetilsalicílico". Un principio activo que, como antiagregante plaquetario, ha sido utilizado en la lucha contra la COVID.

La fábrica langreana celebra su cumpleaños con el anuncio de una inversión de más de cuatro millones de euros que se suma a los más de 27 invertidos en los últimos cinco años para ampliar las instalaciones, la digitalización y revisión de los procesos de la planta con criterios de eficiencia energética para reducir el impacto medioambiental. "La nueva inversión está dirigida también a la eficiencia en los procesos y ganar flexibilidad en la producción". En principio no está previsto la creación de nuevos productos ni un aumento de plantilla en una multinacional que tiene unos 100.000 empleados en todo el mundo y obtuvo el pasado año una facturación de 44.100 millones de euros.

En el futuro más inmediato, Bayer apuesta por el uso de energías eléctricas de origen cien por cien renovable que en los últimos cinco años les ha permitido reducir un 44% sus emisiones directas de carbono.