Fútbol

La pizarra y el VAR evitan el drama en El Molinón

Dos goles de estrategia y la anulación de un penalti en el tiempo de descuento permitieron al Sporting ganarle al Ibiza (2-1) y romper así su mala racha, pese a mostrar una flojísima imagen

Los jugadores del Sporting celebran uno de los goles al Ibiza / LaLiga

Gijón

La pizarra y el VAR salvaron al Sporting ante el Ibiza. En un partido que se antojaba peligroso y que resultó feo y angustioso, dos goles tras sendos saques de falta (uno trabajado, el otro ciertamente afortunado) y la rectificación de un penalti que podía haber supuesto el empate del Ibiza en el tiempo añadido permitió al Sporting salvar la noche y romper su bache de resultados, que no el de juego. Teniendo en cuenta las ausencias, la necesidad y las circunstancias, toca dar por bueno el resultado y pensar en que el juego vaya mejorando con la tranquilidad que dará este marcador.

Sin tres titularísimos como Gragera, Djuka y Cote, Abelardo sacó con un equipo de circunstancias. Se inventó una delantera con Cristo González y Juan Otero, mandando a Aitor García a la banda derecha, recuperando a Queipo para la izquierda y volviendo al doble mediocentro, con Zarfino como acompañante de Pedro Díaz en la medular. En el centro de la zaga sorprendió el cambio de perfil de los defensas habituales: Izquierdoz pasó a la derecha e Insua a la izquierda. La modificación le fue mejor al segundo que al primero.

Al Sporting se le pusieron las cosas de cara muy pronto. No habían transcurrido ni cuatro minutos cuando sacó petróleo de una acción que no prometía mucho peligro: una falta lejana y centrada que Pedro Díaz puso templada a la cabeza de Izquierdoz, que buscó la entrada de Insua en el palo contrario. El regalo no era para desperdiciarlo: el gallego solo tuvo que empujarla al fondo de la red.

Insua le agradeció el gesto a su compañero más con hechos que con palabras: el gallego fue fundamental para salvar los muebles en varios despistes del ex de Boca Juniors, que sufría con el cambio de perfil decidido por Abelardo. Fue crucial la salida de Insua al corte para evitar el gol de Ekain.

Con el gol a favor, el Sporting parecía tener el partido controlado. Cristo González generaba fútbol entre líneas y Otero aparecía por todas partes. El colombiano sirvió un buen balón desde la banda al canario, que realizó un buen remate que salió repelido. Cristo, hábil en varias conduciones durante todo el partido, quiso asociarse con Aitor en una gran acción de contrataque, pero el portero del Ibiza leyó bien sus intenciones y estuvo rápido en la salida.

Pero poco a poco el Sporting se fue difuminando, entregándose ose a la vida contemplativa. No generaba peligro, perdía balones con facilidad en zonas de riesgo, los centrales temblaban, el mediocampo Pedro – Zarfino no aparecía, Cristo dejó de olerla, Queipo no era ni la sombra del jugador de las primeras jornadas y el fútbol anárquico de Aitor García aportaba poco. El Ibiza, como cabía esperar, empató el partido: Ekain se aprovechaba del centro de Appin y del resbalón de Insua en la carrera.

El equipo era anárquico: no había plan colectivo; cada jugador parecía querer hacer la guerra por su cuenta. El público de El Molinón empezaba a impacientarse; mala señal cuando una grada corea, aunque fuera solo por unos instantes, aquello de ‘échale huevos’.

Tras la previsible abelardina del descanso, el Sporting salió más intenso, aunque también concediendo ocasiones en un encuentro que se convirtió en un correcalles. Cristo González, que a veces parece más un mediapunta o incluso un mediocentro talentoso que un delantero, volvió a demostrar que la puntería no es su punto fuerte: finalizó un contrataque haciéndolo todo bien (carrera, acomodo, búsqueda de la escuadra al palo largo) pero fallando en la definición. También Aitor había centrado desde línea de fondo un balón que no encontró rematador.

Pero en el otro área también había sustos. Las pérdidas de balón y los desajustes defensivos provocaban nerviosismo para el Sporting. Hasta que una carrera de Aitor propició una falta lateral que acabó resultando definitiva. No estuvo nada fino Pedro Díaz en el saque, pero la fortuna y la insistencia de Zarfino primero y de Otero después permitieron que el Sporting recuperara la ventaja en el marcador: el uruguayo buscó el disparo a la remanguillé, pero acabó sirviendo de asistente al colombiano, que metió la puntera y, tras estrellarla en el larguero, consiguió que el balón botara dentro de la portería. Respiraba el Sporting.

A partir de ese momento, todo fue sufrir. Primero lamentarse porque Otero, Cristo o Aitor fallaban ocasiones claras o porque Pol Valentín, revulsivo en su salida, no encontrara rematador en un buen pase atrás. Después sufrir porque, aunque no generaba ocasiones, el Ibiza generaba sensación de peligro. Y sobre todo cuando, superado el minuto 90, un disparo de chilena de Góldar golpeaba en el brazo de Zarfino. Ni el uruguayo protestó. Pero desde la Sala VOR llamaron a Galech Apezteguía: este revisó la acción y, tras unos minutos de agonía, aceptó la versión de que Zarfino estaba retirando el brazo. Alivio para el Sporting y enfado (lógico) para el Ibiza.

Hubo tiempo para el retorno de Nacho Méndez (al que le va a costar ganarse a la afición) y para los estrenos esta temporada de Jony y Bamba, aunque fuera durante diez minutos. Y, sobre todo, para volver a ganar, que el equipo lo necesitaba.

David González

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...

 
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