Carreño-Alcaraz: duelo fratricida en Basilea

Gijón

"Pablo es mi mejor amigo en el circuito". Así define Carlos Alcaraz, actual número 1 del mundo, su gran relación con Pablo Carreño, al que mañana se enfrentará en cuartos de final del torneo de Basilea. Una relación iniciada cuando el murciano era un adolescente de catorce años, mientras que el gijonés ya era top ten mundial y preparaba un partido contra Dominic Thiem. Carreño quedó impresionado de la primera impresión de aquel joven que apuntaba maneras de ser un portento físico y tenístico. La relación se fue afianzando en los torneos y en su común experiencia en la Equelite Sport Academy de Juan Carlos Ferrero, hasta consolidar una magnífica relación que se aparcará sobre la cancha. Sucedió en el Conde de Godó, donde Alcaraz no tuvo contemplaciones con su amigo, al que barrió de la cancha con un inapelable 6-2, 6-1. Este viernes Carreño tendrá la oportunidad de tomarse la revancha.

El asturiano llega al partido contra el Alcaraz tras una clasificación épica: necesitó 2 horas y 37 minutos para eliminar en octavos de final al joven suizo Dominic Stephan Stricker (7-5, 6-7(3) y 6-4), un jugador sin apenas palmarés que se vino arriba compitiendo en casa y que en el segundo set logró romperle el servicio a Carreño y llevarle a remolque hasta un tiebreak que cayó del lado del jugador local. El gijonés pudo reponerse en el tercero y sentenciar su pase a cuartos.

Más cómoda fue la clasificación de Alcaraz, que superó de forma solvente, en dos sets (6-4, 6-2) al neerlandés Botic Van de Zandschulp.

En unos días Carreño y Alcaraz lucharán por un objetivo común: la Copa Davis. Este viernes apartarán su amistad porque, en Basilea, solo puede quedar uno.