La fiesta del fútbol asturiano recobra la normalidad institucional

Gijón

Con cordialidad y llamamientos a la convivencia y a la rivalidad sana, que no es poco, visto lo visto. La imagen de hoy era impensable hace solo unos meses: la de los presidentes de Oviedo y Sporting estrechándose la mano, educadamente, en terreno neutral: en la sede de la Federación Asturiana de Fútbol. Los representantes de los nuevos grupos propietarios de los dos clubes más representativos del fútbol asturiano apuestan por enterrar las tensiones del pasado y volver a convertir el partido del sábado, como decía el presidente azul Martín Peláez, en una gran fiesta.

Este año sí habrá afición del Sporting en el Tartiere, a pesar de la negativa de las peñas a aceptar el protocolo impuesto por Delegación de Gobierno, que obliga a los seguidores rojiblancos a estar al menos 3 horas y media antes del partido en el punto de encuentro, en El Cristo. Muchos están dispuestos a hacer el sacrificio y el Sporting ya ha vendido el 75% de las 1.000 entradas de 35 euros enviadas por el Oviedo. El presidente rojiblanco David Guerra ha acudido este martes a una nueva reunión en la Delegación del Gobierno; el objetivo es flexibilizar el protocolo, pero hay una serie de normas.

A la hora de hacer un pronóstico, cada uno barre para casa. Ninguno ha dado un resultado concreto y el presidente de la Federación Asturiana, José Ramón Cuetos Lobo, tiene claro quién ganará. "El que más goles marque", ha apuntado entre risas.