Retiran la acusación a ocho sanitarios por espiar un historial después de que el médico afectado pida que no entren en prisión
El afectado ha reconocido durante la declaración que, al comprobar que más de una veintena de personas habían consultado su historial, se le cayó "el alma a los pies"

Instalaciones del Hospital Universitario Central de Asturias / Jesús Martín

Asturias
La Fiscalía ha retirado la acusación contra los ocho sanitarios del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) acusados de espiar el historial clínico de un médico tras su ingreso en el centro por un incidente con un compañero ante la falta de pruebas y las “dudas razonables” sobre su presunta autoría en un delito de descubrimiento y revelación de secretos.
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El Ministerio Fiscal ha anunciado esta decisión in voce en el transcurso de la segunda sesión del juicio que se estaba desarrollando ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial tras escuchar la declaración del médico querellante y de otras trabajadoras del centro que incidieron en que las sesiones de los ordenadores en el programa informático Millenium permanecían abiertas durante la actividad laboral diaria.
La Fiscalía ha tenido en cuenta especialmente la declaración del médico querellante, que esta mañana ha pedido a la sala que las cinco enfermeras, dos auxiliares clínicas y un médico anestesista “no entren en la cárcel, ni pierdan su trabajo” y ha admitido que si cada uno de ellos le indemniza con 7.500 euros se sentiría resarcido por el daño moral ocasionado; una cantidad que ya ha sido consignada, según han indicado fuentes judiciales.
El médico ha añadido que no estaba seguro “cien por cien” de que los ocho acusados consultaron de forma inapropiada su historial al permanecer abiertas las sesiones de los ordenadores del HUCA e incluso ha dicho expresamente que perdonaba a dos de las acusadas. El doctor ha explicado que inicialmente dirigió su querella contra 34 personas y finalmente la redujo a ocho al incorporarse a su trabajo y constatar que en una pestaña de su ordenador figuraban los nombres de varias personas que lo habían visto. Según su declaración, ingresó en el HUCA el 8 de enero de 2017 y tras ser operado pasó a planta y cogió el alta voluntaria al día siguiente. El facultativo ha reconocido que es una práctica habitual que los ordenadores del HUCA permanezcan con las sesiones abiertas, lo que no fue óbice para que siguiera adelante con la querella porque constató que el acceso a su historial había sido visto "por muchas personas" ajenas a su tratamiento los días 10, 12 y 19 de enero y el 3 de febrero de 2017, una vez que ya había cogido el alta voluntaria. El querellante ha asegurado que en un principio entendió que habían accedido al historial "por curiosidad" dado el "bombazo" que había supuesto su ingreso que "se había corrido como la pólvora" por el hospital.
Vía civil
Su letrado, Federico Campuzano, que ejerce la acusación particular, ha incidido en que los ocho sanitarios acusados de un delito de descubrimiento y revelación de secretos fueron los únicos que "no pasaron el filtro" del criterio que habían puesto de haber accedido al historial una vez que ya había sido dado de alta y que piensan que pudieron haberlo hecho "por motivos de cotilleo".
El doctor ingresó en el centro hospitalario tras un incidente y ha reconocido que al ver que más de una veintena de personas habían consultado su historial se le cayó "el alma a los pies”, sufrió una gran desilusión, un malestar general y al estar en boca de todo el hospital incluso con comentarios que no eran ciertos, pidió la baja médica por depresión.
La Fiscalía solicitaba inicialmente penas de hasta tres años y tres meses de cárcel, inhabilitación para ejercer la profesión durante nueve años y multas individuales de mil euros. La acusación particular ya había anunciado en la sesión de este martes que renunciaba a emprender acciones penales y mantenía la reclamación por la vía civil.




