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El baño en Santander deja al Sporting contra las cuerdas

Los rojiblancos quedan con solo tres puntos de colchón sobre el descenso tras perder en Santander (2-0) con una imagen pésima en la primera mitad

Los jugadores del Racing de Santander celebran uno de sus goles al Sporting, con Cuéllar tendido en el césped. / LaLiga

Los jugadores del Racing de Santander celebran uno de sus goles al Sporting, con Cuéllar tendido en el césped.

¡Qué bonito hubiera sido el desplazamiento de La Mareona a Santander si no se hubiera jugado el partido! La lástima es que la justificación de ese impresionante desplazamiento de 4.000 seguidores rojiblancos era un partido que era decisivo para el Sporting y que resultó un suplicio, especialmente durante una primera parte en la que la imagen del equipo fue bochornosa. El Racing de José Alberto López (la historia de la cuña de la propia madera se repite) le dio un baño al equipo de Abelardo, que se presentó en El Sardinero con una alineación incomprensible, un sistema discutible y una actitud deplorable hasta que ya fue demasiado tarde. El rival, que llegaba al alza pero todavía metido en descenso, le dejó claro al Sporting que mientras algunos (Irarragorri el primero) siguen apuntando a la luna del playoff, los cocodrilos ya amenazan con mordisquearle los tobillos. La reacción de la segunda mitad maquilla la nefasta imagen pero no cambia el resultado: derrota por 2-0 que deja al Sporting solo tres puntos por encima del descenso. Y a Abelardo en la cuerda floja.

Sus motivos tendría, pero el planteamiento del técnico para El Sardinero sorprendió a prácticamente todo el sportinguismo. Ver en el banquillo a Christian Rivera, Gio Zarfino y Cali Izquierdoz no entraba en las quinielas. La defensa con tres centrales, que pudo servir en la Copa del Rey, sigue generando debate en la competición liguera. Si la justificación era dar cabida en el once a jugadores con perfil de mediapunta (como Carrillo, Cristo González o Campuzano) no se sostiene para el partido de este sábado, en el que el Sporting jugó con extremos más puros como Juan Otero o Aitor García, este último en su línea de nula aportación de toda la temporada.

El equipo fue un desastre. A la media hora de partido el Racing de Santander ya llevaba dos goles a favor, siete disparos entre los tres palos y un dominio abrumador del partido. La única estadística en la que el Sporting superaba al Racing era La defensa, más poblada que nunca, era un coladero, con Bruno González demostrando que aún no está para estos trotes, Gragera en una de las peores actuaciones que se le recuerdan e Insua cometiendo errores no vistos hasta la fecha. Guille Rosas tampoco estaba fino, pero más fallaba en la izquierda Diego Sánchez, poco ayudado también por un Aitor García desastroso.

Casi todos quedaron retratados en el primer gol, obra de un jugador que su día rechazó al Sporting: Mboula. Fue un jugadón individual del jugador del Racing, pero que se aprovechó de la blandura de casi todos los integrantes de la defensa, que primero le permitieron irse de todos para un primer chut y que no evitaron que el rechace de Cuéllar volviera a aprovecharlo el futbolista local.

El segundo gol fue también digno de análisis. El Racing parte de campo propio, con el Sporting ejerciendo una presión alta pero poco intensa, con Bruno absolutamente descolocado en campo contrario. El Racing da ocho pases a placer, por todo el campo, hasta el pase filtrado a Matheus, que bate a Cuéllar a placer.

Abelardo se vio obligado a tomar una decisión necesaria pero siempre peligrosa: mover el banquillo ya en el primer tiempo. Retiró a Bruno González y a Pedro Díaz, insatisfecho con el ritmo del primero y con los errores del segundo, especialmente su falta de implicación para frenar el segundo gol.

Los cambios no modificaron el guion antes del descanso; de hecho la mejor ocasión del tramo final de la primera mitad la tuvo Germán de cabeza (sin necesidad de saltar) que se estrelló en el larguero. Hubiera sido la guinda.

En la segunda mitad, con la plana mayor del equipo en el césped (Jony, Zarfino y, en la recta final, Jordan Carrillo, que sigue aportando destellos de buen fútbol en los pocos minutos que tiene) y con un Racing que le cedió el balón, el Sporting dominó el partido y mejoró su imagen (empeorarla era imposible). Tuvo ocasiones para meterse en el partido, como un remate de cabeza de Jony al palo, un remate de Carrillo que Pombo evitó que se conviertiera en gol o una falta lateral de Cristo que Parera sacó sobre la línea. No hubo manera. El balance global es de un partido nefasto, de una situación clasificatoria que pasa a ser muy delicada y una trayectoria en Liga paupérrima, con un solo triunfo en doce partidos. Las alarmas están encendidas y, en México, se hablará mucho en las próximas horas del panorama.

David González

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...

 
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