El reglamento de laicidad de Gijón tan solo cuenta con el apoyo de Asturias Laica y Podemos
La plataforma ha apuntado, no obstante, que el articulado se queda corto y temen que en mayo se quede en un cajón si hay cambio de signo político
Se trata de un documento que no regula derechos ni obligaciones de la ciudadanía ni de miembros de la Corporación a título individual. / Carlos Soler Martinez (KarSol Photo)
Gijón
Reacciones al proyecto de reglamento de aconfesionalidad que el Ayuntamiento de Gijón prevé aprobar en abril. Sería el tercer consistorio de España en disponer de un instrumento normativo de estas características. Un documento de mínimos, según el equipo de gobierno, que impide la participación de autoridades municipales en actos religiosos, salvo que acudan a título individual.
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'Asturias Laica', impulsora de la norma, ha celebrado que su tramitación esté ya en marcha, pero cree que el articulado se queda corto. No puede quedarse en una mera declaración de principios, dice Luis Fernández, uno de sus representantes.
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Asturias Laica espera que un cambio de signo político no acabe con el reglamento de laicidad
La plataforma, que no ve necesario incorporar un régimen sancionador, teme que el reglamento acabe guardado en un cajón si en mayo se produce un cambio de signo político en la mayor ciudad de Asturias. Su elaboración forma parte del acuerdo de gobierno suscrito en 2019 entre PSOE e Izquierda Unida cuyo candidato a la alcaldía ve margen de mejora. De todas formas, Javier Suárez Llana considera prioritario llegar al final del mandato con los deberes hechos.
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El candidato de IU a la alcaldía de Gijón sobre el reglamento de laicidad
Reglamento que cuenta con el rechazo de toda la oposición, salvo Podemos y que fue aprobado esta semana por la Junta de Gobierno. Se trata de un documento que no regula derechos ni obligaciones de la ciudadanía ni de miembros de la Corporación a título individual. "Es un proyecto de mínimos porque es lo que se puede hacer ajustándose a norma constitucional", señalaba Pineda. El texto establece la "absoluta neutralidad" del Ayuntamiento respecto a las diferentes confesiones y la no participación, como institución, en actos de ninguna religión.
